En este diálogo imaginario (pero basado en conversaciones reales), mi interlocutor representa una especie de síntesis de los muchos familiares, amigos y conocidos judíos con los que he debatido en privado sobre las acciones del Estado de Israel en Gaza en el marco de la actual guerra contra Hamas. Pretendo así responder en un modo sistematizado a varias de las objeciones que me fueron planteadas en estos intercambios. Este diálogo no termina aquí. Las primeras personas a quienes enviaré esta nota serán, precisamente, aquellas con quienes he venido debatiendo. Mi espíritu no es otro que el de Amos Oz cuando concurrió al periódico Israel Hayom para ser entrevistado: “necesito una audiencia que no comparta mis ideas”. Lo contrario, el monólogo, es demasiado aburrido. Y también inútil.