“Keílu” -como si...-

“No les dimos nada”: yo le creo a Sharón

A Sharón es al único al que, por ahora, parece que hay que creerle. Como él dice: “No les dimos nada”. Y es cierto. ¿Cuál es el futuro del Mapa de Rutas bajo estas condiciones?

Por Mario Faust (Desde Israel)

1- Status Quo
Linda palabra, una palabra hecha de dos.
Status Quo quiere decir algo así como: “Digan lo que digan, que siga el baile. Vos fumá que está todo bien…”.
Status Quo es una manera elegante de decir “que se diga lo que se diga, no haremos nada para cambiar lo que justamente no queremos que cambie”.
De paso, hay cuestiones que, de todas maneras, no podremos cambiar, aunque querramos.
O no se quiere, o no se puede.

2- No les dio nada
Sharón interpelado por la derecha de su partido y los colonos, contesta algo así:
– Muchachos… ¿por qué se preocupan? ¡Si no les dí nada!
Es verdad: la declaración de apoyo al “Mapa de Rutas” fue publicada un día cualquiera, como un comunicado posterior a una reunión de gabinete. Entre idish parlantes, eso se dice: “Gezugt”. (“dijo”).
En Israel, cuando uno se refiere a que alguien te prometió algo que no va a cumplir, que te aseguró, y te lo juró por su madre (total, te la vende pero no te la entrega), y encima no te firmó ningún compromiso en un papel, por escrito, se dice eso: Gezugt. O sea que “dijo”. No es una ley de la Kneset. Ni un decreto firmado. Nada del orden simbólico. “Dijo”. Y sobre lo que dijo, no hizo casi nada.
Porque un par de puestos de chequeo de rutas que se corrieron un par de kilómetros, o las evacuaciones de un par de asentamientos ilegales vacíos (¿cómo se evacua algo vacío?) en la lomita de una pequeña montaña de la Cisjordania, es justamente eso por lo cual Sharón puede mirar de frente a sus colonos de los asentamientos y decirles: – ¡Pero muchachos, si no les di nada!
La política de Sharón es no dar nada.
Pórtense como si les hubiésemos dado. “Como si” (en hebreo: “keílu”, muy usado por los pibes).Y lo apoya gran parte del pueblo de Israel.

3- Oro por baratijas
¿Se acuerdan de Oslo? Bueno, después de Oslo, cualquiera que le propone algo a los árabes es un ingenuo o un idiota, para la gran prensa israelí. Y eso que el público está convencido que Barak les ofreció casi todo… ¿a cambio de qué?: de nada. El muy tonto.
En cambio Sharón… Sharón es un genio. En vez de ofrecerlo todo, ofrece chucherías y, a cambio, pide el fin del terror.
En Oslo ofrecíamos territorios por paz. Eso ya fue. Eramos dadivosos.
Ahora prendan la radio o la TV israelí y verán un nuevo fenómeno mediático: casi no se escucha la palabra “territorios”. La onda posmo es hablar de las “ciudades”palestinas.
Vamos a salir de Jericó (un pozo inútil en el desierto) y nos vamos a ir de Kalkilia (total ya tiene construido el muro).
Y de todas formas no nos vamos nada porque en cuanto hay un “pigúa” (atentado) volvemos todo a fojas cero.
Eso de las “ciudades” (y no territorios ocupados que hay que devolver), está a tono con el renovado imaginario israelí de que lo que se tomó en el ´67 nos ha sido dado para quedárnoslo.
Esa tierra es nuestra, joder.

4- ¿Dónde estuviste papá?
Una pregunta inexistente en el imaginario israelí: ¿dónde estuviste mientras los 25.000 colonos de los años ´80 se convirtieron hoy en 250.000? ¿Dónde, papá?
¿Dónde estuvimos, en Israel y en la Diáspora, estos últimos -digamos- 23 años (1980-2003)? ¿Cómo dejamos que estos fanáticos tomaran posesión de cada piedra en nombre de dios y nuestros textos sagrados? ¿Dónde?
Sépanlo: no hay con quién hablar. Muchas veces la izquierda se queja que no hay interlocutor del lado palestino para negociar la paz. Pero no denunciamos con la misma firmeza que con este sector peligroso y fanático, de la población de nuestro querido Estado de Israel, tampoco se puede dialogar. Tienen a dios de su lado.

5- Dentro de 20 ó 50 años.
No hace falta tener mucha imaginación para adivinar un poco.
Si el sector religioso (no hablo de los colonos ahora, sino del segmento religioso ashquenazi y sefaradí, ortodoxo y masortí, que viven en Jerusalem, en Bnei Brak, en Petaj Tikva y también en mi propia ciudad de Kfar Saba), si son el 20-25% de la sociedad, pasarán a ser el 30 ó el 35% de la población. Su crecimiento demográfico es mayor que el de la población laica.
Es verdad que la sociedad laica israelí recibió una inyección de más de un millón de ciudadanos de la ex Unión Soviética, pero parece que estamos rascando el fondo de la cacerola. Pero por ese millón justamente no se nota la desproporción entre el crecimiento demográfico de la población religiosa y laica en esta última década. De momento, no parece que hayan más inyecciones masivas de población inmigrante que haga que no se note que, por ejemplo, en Jerusalem ya hay un intendente ortodoxo.
Otro sí digo:
Hay 1.200.000 árabes israelíes que antes eran vistos como nuestros primos (¿hermanos?), que hoy son evidentes simpatizantes, para algunos, o pertenecientes, para otros, del pueblo palestino.
Tanto ellos, árabes israelíes, como los palestinos de los territorios ocupados (unos 3.000.000) tienen una tasa de crecimiento mayor que la población judía

6- La Globalización del Truco.
Si Sharón sigue jugando su juego, entonces no habrá Estado Palestino.
¿O hay que creerle a Bush y a Powell con eso de que en el 2005…?
Aquí no dan dos guitas por el asunto. ¿O es la primera vez que dicen que en tal fecha se creará el Estado Palestino?
Aquí estamos convencidos de que los norteamericanos ya entenderán que son todos unos terroristas, una colectividad de terroristas. No hay árabes buenos. Todos mienten.
Entonces vamos con los helicópteros a la franja de Gaza y con tres misiles hacemos un trabajo de defensa puntual sobre un blanco específico.
¿Quién habla de matar? No señores, es nuestro derecho a defendernos en la lucha contra el terror, y como ellos no son capaces de llevarla a cabo, es nuestro derecho.
Se eleva la apuesta. Si ellos responden con nuevos suicidas, todavía podemos surcar los cielos de Gaza con nuestros aviones y bombardearlos, o entrar por tierra a fuego y sangre, en algo que será mucho peor que Jenín 2002. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio: luchar contra el terror.
¿Ojo por ojo?: Sí, la Ley del Talión. La ley del más fuerte (“es lo único que entienden, cada diez años hay que darles fuerte para que se queden tranquilos por otros diez años” dice la derecha).
Y en ese truco / retruco / quiero vale cuatro (un juego donde la mentira es la verdad) está ocupada la mayor parte del Poder Ejecutivo del Estado de Israel que ordena a sus fuerzas armadas lo que se debe y lo que no se debe hacer.
¿Quién puede creer que aún la única potencia hegemónica puede romper esa dinámica para lograr una dialéctica cuyo fin sea dos estados para dos pueblos?
El mismo que lidera el “Mapa de Rutas”, prometiendo un Estado Palestino, es el que fue a buscar armas biológicas a Irak y prometió liberar a su pueblo: jamás los soldados se quedarían allí como un ejército ocupante.
Así que por ahora, al único que le creo es a Sharón cuando me asegura que no tengo por qué preocuparme: total… no les dimos nada…