Previamente, Abdalá II había discutido la situación por teléfono con el Presidente egipcio Hosni Mubarak.
Jordania, Arabia Saudita y Egipto estarían tratando de relanzar el proceso de paz de la región.
Los tres países, aliados de los Estados Unidos, criticaron abiertamente a Hezbollah al comenzar la guerra en El Líbano contra Israel provocada por el secuestro de dos soldados israelíes, aún no devueltos.
Aunque los líderes modificaron sus declaraciones durante la guerra, para exhortar a la protección de los civiles y la infraestructura, el presidente sirio Bashar al-Assad aparentemente se refirió a ellos al decir, sin dar nombres, que la guerra había demostrado la existencia de «hombres a medias» en el mundo árabe.