Uruguay

Crece desde el Pie

La recolección de las firmas para impulsar un referéndum sobre la Ley de Urgente Consideración ha sorprendido a propios y extraños y ha cambiado el escenario político en el hermano país vecino.
Por Ariel Bank

Todavía se hablaba en la opinión pública de la eliminación de “La Celeste” en la Copa América contra Colombia. Las dudas respecto del futuro de la selección ocupaban gran parte de las charlas en los medios de comunicación. El futbol es uno de esos grandes asuntos que pueden desplazar del foco lo que sucede con la pandemia. La bajada de contagios después de un proceso de vacunación donde tuvo una gran importancia la vacuna china Sinovac (y en menor medida Pfizer) es otro de los temas que cualquiera puede observar en los medios uruguayos. Pero de repente llegó el 8 de julio y una noticia desplazó de la atención a esos dos asuntos. La central obrera PIT-CNT había conseguido el objetivo de juntar las firmas necesarias para que dentro de un tiempo la ciudadanía decida con el voto sobre el proyecto de ley más importante para Lacalle Pou, la LUC (Ley de Urgente Consideración).
¿En qué consiste la LUC? Es una ley que contiene modificaciones a leyes existentes en áreas muy diversas de la sociedad (seguridad, relaciones laborales, educación, portabilidad numérica y otros asuntos se tratan en esta ley) y que el Gobierno la envío en modo de “Urgente Consideración” asumiendo la idea de que era justamente urgente para el país enviar, tratar y sacar adelante esta ley. Con el pequeño detalle de que esto fue enviado en plena pandemia mientras el país estaba todavía apelando a la “libertad responsable” de la ciudadanía y que se quedara en casa en la medida de lo posible. Son un poco menos de 500 artículos y los que se van a llevar a referéndum son 135. La ley salió en el Parlamento con los votos de la coalición de gobierno (Partido Nacional, Partido Colorado, Cabildo Abierto y el PERI) y tuvo el voto negativo del Frente Amplio. Aprovechando la mayoría parlamentaria de la coalición de gobierno y que la oposición se encuentra en un proceso de cambios internos, el Gobierno avanzó en esa ley y se mostró solido ante la sociedad. Sin embargo hubo una fuerza social que desde el primer momento se mostró firme en su rechazo hacia la misma: el movimiento obrero.
La ley plantea una abierta restricción al derecho de huelga, más posibilidades de represión e iguala desde el punto de vista jurídico el derecho de los trabajadores con el de los empleadores. Este ítem representa un peligroso antecedente para este colectivo, pues es la puerta de entrada a la destrucción de sus derechos al equiparar a un sujeto social que parte de la necesidad (como es el de los trabajadores) con aquel que intenta generar más riquezas (el de los empresarios).
Además, propone una privatización encubierta al habilitar la venta de las acciones de sociedades anónimas con capital estatal. En el Uruguay, las privatizaciones históricamente han sido rechazadas por la sociedad con independencia de la filiación política de los votantes. En la década de los ’90, Luis Alberto Lacalle Herrera (padre del actual presidente del Uruguay) propuso la privatización de empresas de servicios públicos, contagiándose del menemismo argentino. Pero el pueblo votó en un referéndum por la negativa, con un 65% de votos en contra de esa decisión. Ese referéndum marcó la debacle del gobierno de Lacalle Herrera.
Estos pocos ítems y varios otros referidos a diversos asuntos han hecho que la organización que representa a la clase trabajadora en el Uruguay (la Plenaria Intersindical de Trabajadores , Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) y otros colectivos afectados (FEUU,FUCVAM y otras organizaciones) por la ley sean los protagonistas en esta campaña para juntar firmas. Es importante mencionar que en los inicios de la pandemia y de la gestión de Lacalle Pou, el Gobierno aprovechó la desmovilización de la sociedad por razones sanitarias para impulsar la LUC y fue el movimiento obrero el que encontró la forma de movilizarse cuidando la salud. ¿Cómo lo hizo? Con caravana de autos durante el Primero de Mayo, donde se pudo observar grandes cantidades de vehículos con las banderas de los sindicatos y del Uruguay movilizándose en todo el territorio y haciéndole al Gobierno una demostración de fuerza.

Entrega de firmas para el Referéndum

El paso siguiente fue la discusión sobre cómo enfrentar el carácter reaccionario de la ley y en ese debate la PIT-CNT tuvo una gran importancia para zanjar la duda. Se decidió por llevar a referéndum los artículos más polémicos de la legislación y desde el primer momento se pusieron a la cabeza de la recolección de firmas. Sin acceso a los grandes medios de comunicación, con un contexto desfavorable a la movilización por la pandemia y con dudas en el FA sobre si iba a tener éxito la recolección de firmas, el panorama pintaba para que sea una victoria aplastante para Lacalle Pou. Sin embargo, la enorme fortaleza de convicciones de la militancia sindical y de las organizaciones sociales fue un factor con el que pocos contaban.
La dedicación de esos militantes en el Uruguay y en el exterior comenzó a darle otro color a la campaña. La izquierda que parecía dormida comenzó a moverse y la gente comenzó a firmar.

Realismo mágico y mística militante

El boca a boca, los mensajes de whatsapp y hasta los deliverys de firma fueron demostraciones claras de que algo se estaba gestando. No importaba si estabas en Uruguay, Argentina, Brasil, España, Estados Unidos o hasta incluso en el Estado de Israel también se buscaron firmas. El FA tomó conciencia de que sus bases comenzaban a activar y decidió apoyar la recolección de firmas con más fuerza. Los números comenzaron a acercarse a la cifra necesaria para convocar al referéndum. No obstante, faltando 4 días para la fecha límite para entregar las firmas a la Corte Electoral, todavía faltaban 40.000 firmas y el resultado era incierto. En ese momento, el realismo mágico se apoderó del Uruguay pues sucedió algo que fue inesperado para propios y extraños. Apareció la mística militante.
En los últimos 4 días, no solo lograron las firmas necesarias sino que consiguieron más de 120.000 firmas de sobra,z asegurándose que no haya la menor duda de que la LUC irá a referéndum. La ley establece como requisito que firme el 25% del padrón electoral para convocar el referéndum (cerca de 672.000 firmas). La cifra final de firmas conseguidas fue de 797.261. El día en que se entregaron las firmas en la Corte Electoral, la militancia salió en una caravana masiva de vehículos, bicicletas y ciudadanos de a pie acompañando la entrega de las mismas y con un entusiasmo que no se notaba desde hace mucho tiempo. El Presidente del PIT-CNT – Fernando Pereira – salió a hablar ante la opinión pública y dijo una frase que caló hondo en la militancia “disfruten, que vale la pena luchar. La lucha siempre pagó”. La clase trabajadora y las organizaciones sociales habían cambiado el clima político en el país.

Número de firmas entregadas

El Gobierno va a tener que enfrentar un referéndum que probablemente se haga en el 2022, cuando la sociedad tenga más demandas que la administración blanca va a tener que resolver. Va a ser más difícil para el Gobierno partidizar un referéndum que se hará fuera del periodo electoral. Otra dificultad será cómo convencer a la mayoría del país de que es mejor mantener estos artículos de la ley que sacarlos. En especial cuando durante el tratamiento de la ley, dedicaron muy poco tiempo y esfuerzo a explicar la “urgencia” de aprobar una ley tan amplia en épocas donde lo que más importaba a los uruguayos era la gestión de la pandemia. ¿Por qué no salieron a defender ante la opinión pública la importancia de este proyecto?
Para los impulsores del referéndum, el desafío será mayor, pues deberán convencer a sectores que votaron al oficialismo en las últimas elecciones de que es más beneficioso para el Uruguay derogar estos artículos. Pero este desafío parece más viable desde que lograron salir de la desmovilización social y ahora van a entrar en un terreno que les más favorable para los opositores a la ley que para los defensores. La historia de los referéndums en el país ha enseñado que el pueblo uruguayo suele rechazar la idea de achicar el estado (el padre del actual Presidente lo sabe cómo pocos).
Falta tiempo para el referéndum y muchas cosas pueden suceder pero lo que es seguro es que como diría Alfredo Zitarrosa, el rechazo a la ley en la sociedad crece desde el pie.