Los soldados y los miembros de los servicios secretos sirios concluyeron su repliegue con el que cierran una presencia de casi tres décadas en El Líbano.
En su regreso a Siria, las tropas de Damasco destruyeron gran parte de las instalaciones que ocupaban desde 1976, año en el que 40.000 soldados de ese país entraron a El Líbano bajo mandato de la Liga Árabe como fuerza de interposición en la guerra civil libanesa, que duró de 1975 a 1990.
Por otra parte, se espera en Beirut a un equipo especial de Naciones Unidas con la misión de certificar la retirada siria exigida desde hace un año por numerosos sectores libaneses, entre los que destacan las comunidades cristiana, drusa y sunita.
El repliegue sirio es producto de la presión internacional y de las manifestaciones libanesas antisirias desatadas tras el asesinato, el pasado 14 de febrero, del ex primer ministro Rafiq Hariri, del que la oposición libanesa responsabilizó al régimen de Damasco y a los servicios secretos libaneses.
Fue, entonces, la resolución 1.559 aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la que aceleró los acontecimientos al exigir la retirada de las tropas extranjeras de El Líbano, en clara alusión a Siria.
La resolución exige además el fin de la intervención de Damasco en los asuntos internos libaneses, una injerencia que, según la oposición, quedó una vez más de manifiesto con la prórroga por tres años de la Presidencia del prosirio Emile Lahud, una maniobra atribuida al gobierno de Damasco.
La primera etapa del repliegue concluyó a mediados de marzo pasado en el valle de la Bekaa, y esta segunda incluye la salida definitiva de las tropas sirias del país.
