Al apoyar el plan de separación de los palestinos presentado por Sharón, Bush reconoció en una conferencia de prensa conjunta, en Washington, que habrá que tener en cuenta la realidad demográfica de la región dado que, en la práctica, no será posible regresar a las fronteras del 4 de junio de 1967, es decir antes de la guerra en la que Israel conquistara Cisjordania y Gaza.
Bush también definió a Israel como «estado judío vibrante» y de forma explícita sentenció que el futuro Estado palestino deberá albergar a los más de 3.700.000 de refugiados dispersos por el mundo.
Según los acuerdos firmados por la OLP e Israel, tanto la cuestión de los refugiados como la de las fronteras de los dos Estados son asuntos que deberán ser decididos en negociaciones directas, por lo que Abu Alá no ocultó su sorpresa de que «Bush haya decidido ya por los palestinos».
«No sé quién le ha dado al presidente Bush el derecho de decidir el destino del pueblo palestino», se preguntó el primer ministro de la AP. «Esos son asuntos que deben ser decididos en la fase final de las negociaciones y si (EEUU) ya ha decidido, cómo podrá ser en el futuro el patrocinador del proceso de paz», se preguntó.
Al calificar la declaración de Bush como «un paso muy peligroso», Abu Alá aseguró que la AP recurrirá a los otros tres miembros del Cuarteto de Madrid -la Unión Europea, Rusia y la ONU- para que decidan «si el Mapa de Rutas sigue vigente o está terminada».
En cuanto al plan de separación de Sharón, manifestó que «si Israel se retira mejor, pero nosotros no somos parte y por lo tanto no estamos comprometidos en nada».