Nuevo interrogatorio:

Sharón negó haber recibido sobornos

Ariel Sharón fue sometido a un nuevo (segundo) interrogatorio policial relacionado con un posible soborno recibido del empresario David Appel, al que se acusa de haber empleado -con un sueldo millonario- a un hijo del Primer Ministro -entonces canciller israelí-, y de aportar para la candidatura de Sharón en las elecciones primarias del Likud en 1999, a cambio de favores políticos. La policía debe remitir su informe al fiscal general, Menachem Mazuz, quien decidirá si acusa formalmente al Primer Ministro de corrupción. En Israel, algunos observadores consideraron como una maniobra distractiva la promoción de la triangulación de territorios propuesta por Sharón a los efectos de desviar la atención de la opinión pública que no deja de seguir con atención la investigación sobre los probables hechos de corrupción y soborno.

Sharón, previo a este segundo interrogatorio, propició un contexto muy favorable para sus intereses políticos y judiciales al sacar, curiosamente, algunos recursos políticos de su astuta galera política.
El primero, la eventual evacuación de todos los asentamientos judíos de Gaza. El segundo, la posible convocatoria de un referéndum (en Israel nunca se realizó una consulta de esta naturaleza) para que los ciudadanos israelíes se pronuncien sobre el retiro de la Franja de Gaza y sobre el llamado “plan de desconexión” de los palestinos, expuesto por Sharón el 18 de diciembre pasado y presto a ser aplicado en cuanto se compruebe definitivamente que el llamado “Mapa de Rutas” ha llegado a su punto máximo de fracaso.
Sharón respondió preguntas de los agentes de la Unidad Internacional de Investigaciones de la Policía israelí desde las 11 de la mañana en la residencia del jefe del Ejecutivo de Jerusalem. Lo interrogaron sobre sus presuntas relaciones, y las de su hijo Guilad, con el empresario israelí, David Appel, acusado formalmente -el pasado 21 de enero- de haber intentado sobornar al Primer Ministro a través de su hijo.
Según las investigaciones policiales, el hijo de Sharón habría recibido de Appel unos de 700.000 dólares por su asesoramiento en un proyecto turístico en una isla griega. Detrás, supuestamente, estarían la mediación de Sharón, entonces canciller del Gobierno del derechista Netaniahu, ante las autoridades griegas, y las ayudas económicas de Appel para la financiación de las elecciones primarias de Sharón en el seno del Likud.
La Policía israelí aseguró terminado el interrogatorio que Sharón había cooperado en todo momento con los agentes y no se había arrogado el derecho a mantenerse en silencio, tal y como le confiere la legislación vigente.
Del otro asunto turbio en el que estaría implicada la familia Sharón, el préstamo de un millón y medio de dólares recibido por su amigo, el hombre de negocios surafricano, Cyril Kern, para sus correrías políticas y electorales, no se habló en este interrogatorio.

Momento de decisión

El nuevo fiscal general del Estado, Menahem Mazuz, tendrá que tomar una decisión en los próximos meses sobre si imputa a Sharón por soborno. Pare ello se basará en las declaraciones del Primer Ministro y en las investigaciones previas y posteriores. Pero… ¿quién se atrevería, entonces, a provocar la dimisión de un Primer Ministro dispuesto a sacar a colonos y soldados de la Franja de Gaza?
El líder israelí cuenta, para la ocasión, con el apoyo de la oposición, incluido del laborismo, para tapar los huecos de los que abandonen la coalición.
Quienes acusan a Sharón de traicionar por la evacuación de Gaza sostienen que con este plan trata de tapar las pesquisas policiales.
Mientras Sharón declaraba, su número dos, Ehud Olmert, presentó el plan de evacuación de la Franja de Gaza y afirmó que si cesa la violencia Israel podría negociar el trazado del muro de Cisjordania.