Entre Purim y la guerra. Acuarela de un inmigrante

Hay una fiesta en Israel que equivale perfectamente a nuestro carnaval. Tiene una connotación eminentemente histórica, pero como la historia en general queda olvidada. Ahora está el festejo. Esto lleva casi 5 días, el viernes como el pasado, los padres van a los colegios de sus hijos (jardín en mi caso) y casi disfrazados comparten actividades con sus hijos. El domingo los chicos van disfrazados a full, los ves desde la mañana por las calles, mientras vos también llevás al tuyo disfrazado, una alegría recorre el ambiente en forma, tal vez, insólita para nosotros, inmigrantes (aún turistas por poco tiempo), las distintas ciudades preparan sus festejos oficiales, de a poco compiten todas por tener un mejor festejo e invierten en grandes ornamentaciones. La fiesta no pasa de largo para nadie, en los trabajos, aunque se trabaja, el clima es otro, hay bailes cuatro días en boliches y clubes. Las colectividades organizan, por su lado, baile rumano, ruso etiope, latino etc. No lo conté, pero Ale tuvo el sueño de su vida: un disfraz de León todo cocido –espectacular- acá es muy accesible justamente por lo común. Claro no fue el disfraz más usado, este año, en homenaje al astronauta israelí Ilán Ramón muerto en el Columbia, los disfraces más vendidos fueron los de astronauta como se lo veía en las fotos.
En medio de todos esto, la guerra es noticia de cada hora en los informativos, que este país sea uno de los blancos de Sadam, o de Bush, pero a la vez todos tenemos una máscara para los gases tóxicos. Y todos recibimos las instrucciones para sellar un cuarto y el pedido de que lo hagamos esta semana.
Mañana vence el ultimatum, capaz que cuando lean esto ya sepan que hay guerra. Nos preparamos a vivir una guerra para el jueves 20. Parece una locura estar de festejo y convivir con mails de todo el mundo donde me cuentan que van a prender las luces para una foto espacial, que la gente quiere hacer algo para parar la guerra y, desde acá, tener la sensación de que están tan lejos, tan lejos de lo que pasa de verdad….
La guerra es una porquería, nadie lo duda, pero acá todos quieren que pase, que termine. Uno que proviene del campo popular, como dice mi amigo Pancho, sabe que el enemigo es Estados Unidos, la Coca Cola, el imperialismo, bah, pero resulta que estoy parado en el lugar que el imperialismo defiende, y no se los ve tan mal desde acá. Esto es, se que Bush le pega a la mujer, pero me defiende de Sadam, es más, es casi el único que tiene una parafernalia para defenderme, ¿qué hago: lo rajo de casa o le digo que se quede y después hablamos de la mujer…?
Es difícil no ser ambivalente, la guerra es acá, los muertos son de acá, y yo estoy acá…
A veces la ideología choca contra la panza, más en mi caso, a veces nos moja la oreja, muchos no queremos ni a uno ni a otro, pero uno nos tira bombas y el otro nos defiende ¿se puede entender esto…?
Claro, si me preguntan les cuento , no compré nylon, no pienso sellar mi casa y no estoy con la máscara encima, es más, viajá a Tel Aviv (ya que vivo en un lugar alejado) justo esta semana…
Esta semana por primera vez actué en Israel, junto a un grupo de teatro experimental que me invitaron a compartir su festejo de Purim, justo hicieron una murga y como es mi palo ayudé a coordinar la música que no la conocían, y los bailes y, obviamente, salí con ellos con mi ropa de “atorrante de Almagro” (mi murga) que, pensé había traído sólo para el recuerdo.
La fiesta fue en un gimnasio muy grande y fue bárbara. Todo el pueblo de Shlomi, una ciudad de frontera con El Líbano estaba allí. Fui muy feliz por bailar y hacer bailar murga a un grupo; claro ellos se disfrazaban de personajes, no entienden esto de que nos vistamos todos con los mismos colores como les expliqué: desfile de chicos elección de reina, cosas que tenía casi olvidadas…
Fue muy impactante salir de ahí, el día estaba muy nublado, a punto de llover. Tuve que esperar para cruzar la calle porque estaba pasando una fila de tanques, camionetas y camiones con soldados pero de verdad… ¿Qué paradoja, no?