1943 – 19 de abril – 2003

“Por nuestra y vuestra libertad”

El 19 de abril se cumplen sesenta años del inicio levantamiento del Gueto de Varsovia. Todo ha cambiado profundamente desde entonces. Europa, el pueblo judío, el Mundo. Apenas cinco años después surgió el Estado de Israel. ¿Qué lugar, qué valor ocupa hoy ese acontecimiento? “Esta es una lucha por nuestra y vuestra libertad”: ¿cómo interpretar este mensaje de Mordejai Anilevich a la sociedad polaca en su conjunto?

Por Abraham Huberman

La lucha que se entabló en aquellos días entre los 55.000 remanentes del gran Gueto de Varsovia, que se estableció sobre la mayor población judía de Europa, que los nazis transformaron en una inmensa cárcel urbana, algo único y totalmente nuevo hasta aquella época.
Allí, los nazis amontonaron a casi medio millón de judíos, sometiéndolos a un bárbaro régimen de opresión, explotación y hambre. La ración diaria de comida que recibían los judíos en Varsovia -en aquellos días- era de 180 calorías solamente. Sobrevivir, en aquellas espantosas circunstancias, ya eran un acto de heroísmo, un verdadero acto de resistencia no pasiva, como algunos califican a la resistencia no armada.
En esas condiciones imposibles de imaginar, funcionaron escuelas clandestinas, los movimientos juveniles trajeron su mensaje de fe y esperanza en un mundo mejor que se construiría en la patria de los judíos. Aparecía una ramificada prensa clandestina que se imprimía y difundía a pesar de los grandes peligros. Los habitantes del gueto no se dejaban vencer y estaban seguros que Hitler, finalmente, sería derrotado y los judíos serían liberados y formarían parte del mundo liberado del mañana.
Los triunfos arrolladores de los nazis no les habían hecho perder la fe en un mundo mejor.

El principio del fin

Todo esto quedó interrumpido brutalmente cuando a partir de la primavera de 1942, comenzaron a funcionar todos los campos de aniquilación, a donde debían ser conducidos todos los judíos de Europa. Ninguna fuerza del mundo pudo o quiso desbaratar la llamada Solución Final. Ni las grandes potencias -que todavía estaban lejos de haber vencido-, ni los movimientos de resistencia de los países ocupados -que estaban todavía lejos de llegar a poseer el poder que tuvieron hacia el fin de la guerra- pudieron hacer nada para ayudar a los judíos.
¿Qué se podía esperar, entonces, de los centenares de miles de judíos encerrados herméticamente en guetos, hombres, mujeres, ancianos, todos civiles y sin armas, hambreados, enfermos, desarmados? ¿Cómo iban a oponerse, aunque lo quisieran? Fueron sorprendidos totalmente como cualquiera de nosotros ante una situación semejante. Además, parecía increíble aceptar como verdaderos los rumores que corrían acerca de las cámaras de gas. Solamente algunos pocos lo habían intuido.
La lógica de lo absurdo

Aba Kovner, en el Gueto de Vilna, llegó a la conclusión de que las matanzas ocurridas en su ciudad no eran un hecho local, sino que presagiaban la existencia de un plan de asesinar a todo el pueblo judío en Europa, algo que para líderes judíos adultos experimentados, sonaba como un absurdo total. ¿Por qué iban los nazis a asesinar a todo el pueblo judío cuando las necesidades de la guerra eran tan acuciantes, cuando Alemania debía recurrir a todo recurso laboral para mantener a sus ejércitos?
La deportación masiva de los judíos del Gueto de Varsovia, así como de otros guetos, no pudo ser frenada por los judíos, ni tampoco hizo nada la resistencia polaca que hubiera podido, por lo menos, sabotear las vías ferroviarias.
Con cuántas dificultades debieron luchar los jóvenes de la resistencia judía para constituir un movimiento superando desconfianzas y posiciones ideológicas que, en ese momento, ya no tenían vigencia.
¿Cómo fue posible que en el Gueto de Varsovia no surgiera un movimiento de resistencia judío unificado? ¿Cómo pudo un gran partido de los trabajadores judíos negarse a integrar un frente unido con los sionistas; por qué un importante movimiento juvenil no se unió con el Z.O.B, la Organización Combatiente Judía para integrar un frente unido?

La muerte digna

Mientras el pueblo judío estaba siendo aniquilado, todavía se seguía pensando en términos del mundo de ayer que ya no existía más. Por esa razón, planear una rebelión en el Gueto de Varsovia, tampoco tenía el sentido que se le podría atribuir. La rebelión no podía vencer a los nazis, ni liberar a los judíos allí encerrados, ni impedir que sean asesinados finalmente.
Se trataba, apenas, de luchar, para que se sepa que los judíos no se sometieron, que no fueron pasivamente a la muerte, provocándole al enemigo la mayor cantidad de bajas posibles. En medio de una soledad total, aislados del mundo, sin posibilidades de recibir ayuda desde el exterior, decidieron no dejarse sacar más del Gueto. La rebelión en Varsovia no fue un episodio insignificante.
Durante más de un mes, las tropas alemanas armadas con armas largas, blindados, cañoes y lanzallamas, debieron luchar empecinadamente en los 645 búnkeres que los judíos de Varsovia habían construido, utilizando finalmente gases tóxicos para sacar a los combatientes de sus refugios.
Mordejai Anilevich, el comandante del Z.O.B y uno de los dirigentes del movimiento juvenil sionista Hashomer Hatzair, con apenas 23 años, lanzó un llamado a los polacos diciéndoles que ésta era “una lucha por nuestra y vuestra libertad”.
La libertad es indivisible. Esta fue una lucha por la dignidad humana y se desarrolló en el Gueto de Varsovia, cuando en ningún lugar de Europa se había visto todavía algo semejante. Al año siguiente se produjo la rebelión de París, que se vio coronada por el éxito cuando llegaron los americanos y terminaron lo que los habitantes de París habían comenzado, o la rebelión de los polacos en Varsovia en 1944, que fue aplastada porque los rusos se negaron a acudir en su auxilio y, la ayuda enviada por vía aérea por los ingleses cayó fuera del alcance de los combatientes. Ni desde el cielo, ni desde ninguna parte llegó ayuda a los luchadores del Gueto.
Lucharon y cayeron en la más absoluta soledad. Su heroísmo fue infinitamente mayor por las condiciones de su lucha. Nos han dejado un gran mensaje que debemos recoger y transmitir.
Nunca más deberá permitirse que el pueblo judío se encuentre en una situación tan desesperada como lo estuvo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la comunidades judías del mundo libre , incluyendo al ishuv y la comunidad judía del futuro Estado de Israel, no pudieron influir ni cambiar la marcha de esos trágicos acontecimientos.•