Manuel Trajtenberg

«Parte importante de las recomendaciones a Netanyahu fueron aplicadas»

Si bien había revestido en altos cargos gubernamentales, como Director del Consejo Económico Nacional en la Oficina del Primer Ministro de Israel, asesor económico del Primer Ministro, y Jefe de Educación Superior con control del presupuesto y la planificación universitaria, el nombre del economista Manuel Trajtenberg saltó a la fama internacional en 2011, cuando las protestas sociales de los "Indignados" en España y los "okupas" de Wall Street derivaron en movilizaciones de jóvenes y familias israelíes para manifestarse contra el alto costo de vida y la dificultad para conseguir vivienda. Entonces, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu aceptó que la política económica israelí “necesitaba un cambio” y convocó a este economista nacido en Córdoba hace 65 años que reside en Israel desde los 17. Así, Trajtenberg fue nombrado a cargo de la Comisión Nacional para encarar la protesta social, desde donde elevó a Netanyahu una "hoja de ruta" para implementar reformas en su política económica.

Por Julian Blejmar

Graduado con un maestría en Economía por la Universidad Hebrea de Jerusalén para luego obtener su doctorado en Harvard, Trajtenberg tiene también entre sus hitos el haber sido uno de los dos argentinos que por primera vez ingresaron como legisladores en la Knesset, el parlamento israelí, en 2015, en su caso por la alianza de centroizquierda Campo Sionista, partido que había hecho pública su decisión de designarlo como ministro de Economía en caso de llegar a la presidencia, que finalmente perdió con el Likud de Netanyahu.
En dialogo con Nueva Sión, Trajtenberg afirma que una parte importante del documento que en 2011 elevó a Nethanyahu fue aplicado, fundamentalmente una de las recomendaciones más importantes, como era la educación universal y gratuita para chicos de tres y cuatro años, lo que cambio la ecuación de costos para las familias jóvenes, que hasta ese momento gastaban una gran parte de sus ingresos mensuales en las guarderías privadas, sobre todo teniendo en cuenta que en Israel el promedio de hijos por familia es cercano a tres, y la participación de las mujeres en el mercado de trabajo es altísima. “Esto que fue algo que podríamos llamar revolucionario, y pudo hacerse realidad porque hubo también una reforma tributaria, ya que la tendencia era hacia la disminución de impuestos, sobre todo en los directos que son progresivos, y entonces bajaba la progresividad. Eso se terminó, y se fortaleció de esta forma la capacidad del Estado para brindar un mayor presupuesto para bienestar social, marcando así un quiebre en la filosofía del gobierno de Netanyahu que hasta ese momento buscaba achicar el Estado y los impuestos”.

También hubo un quiebre en relación a la regulación de los monopolios…
En efecto, había un poder monopolista en mercados específicos, y por encima, una corporación que incluía muchos de esos monopolios u oligopolios. Ese control estaba muy centralizado por ejemplo en las cadenas de supermercados, telefonía móvil, o compañías de seguros, y eso es algo muy peligroso. Hubo en la propuesta recomendaciones para fomentar la competencia de los mercados internos, lo cual se ha ido realizando por medio de un fortalecimiento en el organismo gubernamental antitrust al que se le dio muchos más instrumentos y personal para encarar una política más agresiva frente a los fenómenos monopolistas del mercado local. Básicamente se trabajó en bajar las barreras de entrada para nuevos competidores, y en no permitir carteles ni colusión. Eso tuvo sus resultados en un freno a la inflación de los precios locales, que si bien en algunos mercados han quedado altos, por lo menos ya no suben. Además, en los últimos años ha disminuido mucho el poder de esos conglomerados, aunque también por acciones judiciales que pueden mandar a algunos de esos empresarios a la cárcel. Por otro lado, si bien no tiene tanta publicidad, también se está desarrollando en los últimos tres años otra de las recomendaciones como lo fue una reforma en la administración pública, tanto en su forma de ingreso y reclutamiento como en su desarrollo profesional como servidores públicos. La relevancia de esto último se puede ver en que hace poco llego una delegación de la OCDE para estudiar cómo se estaba realizando esta reforma.

¿Hubo recomendaciones que no se implementaron?
La gran desilusión y frustración es que no se atendió uno de los capítulos centrales de las recomendaciones, referidos a la política de vivienda, donde los precios habían subido muchísimo, y siguen subiendo hasta la actualidad. Nuestra propuesta incluía medidas drásticas para aumentar la oferta de viviendas, teniendo en cuenta que en Israel la población crece al dos por ciento anual, una tasa altísima, y era necesario proveer viviendas a esa nueva población, teniendo en cuenta que la construcción desde el ámbito privado no suple la demanda. Ese déficit que se fue acumulando y es cada vez mayor, lo que provoca una cada vez menor oferta y suba de precios, pero las medidas propuestas para aumentar la oferta desgraciadamente no se llevaron a cabo.

Después asesoró a Yair Lapid, el principal rival de Netanyahu que luego se convirtió en su ministro de Economía por el gobierno de coalición…
Así es, cuando asumió su cargo de ministro lo intenté ayudar porque mucho de Economía no entendía. Le daba clases privadas una vez por semana y eso lo ayudó para enfrentarse a los presupuestos, pero en el tema de las viviendas se dejó guiar por cuestiones más políticas. El ministro que lo sucedió, Moshe Kahlon, es un tipo mucho más sensible, tiene además más poder y es más independiente y centrado. Sus políticas económicas no son malas, sobre todo en el campo de la vivienda, donde empezó a tomar medidas, aunque todavía no ha ido demasiado lejos y los precios continúan subiendo, por lo que va a tener que hacer más, aunque la dirección es la más correcta de los últimos siete años. Yo desde la oposición no dejo de formular críticas, pero reconozco que la dirección se ha corregido en relación a los años anteriores.

La macroeconomía israelí tiene estándares óptimos, pero su esposa Nadine Baudot, vicepresidenta del Banco Central de Israel, afirmó que “el nivel de pobreza en Israel es inaceptable”. ¿Cómo explica esta paradoja?
Es en efecto, la gran paradoja de la economía israelí es esa contradicción entre la macro y la micro, porque en el tema fiscal y macro Israel es la envidia de Occidente, pero por otro lado la pobreza y la desigualdad son altísimas, ya que cerca del 20% de las familias vive bajo la línea de pobreza, y entre los ultraortodoxos y los árabes esta cifra llega al 50%. Esto explica que en la población no ortodoxa el promedio es más bajo, del 12%, por lo que claramente la pobreza está localizada en las dos poblaciones mencionadas. En el caso de los ultraortodoxos, la mitad de los hombres no trabajan porque se dedican al estudio de la Torá; y en los árabes, la gran mayoría de las mujeres no trabajan, pero en Israel para mantener el nivel de vida que se desarrolla, ambos miembros de la pareja deben trabajar. Además, el nivel de educación formal para el mercado de trabajo es más bajo en los ultraortodoxos y los árabes.

Más allá de esta particularidad israelí, son muchos países que poseen aceptables índices macroeconómicos con altos niveles de pobreza. ¿Por qué cree que sucede?
La buena perfomance de la macro cobró un precio muy alto en la disfunción del gobierno en el campo social, ya que los gobiernos han ido achicando impuestos y bajaron sus presupuestos, con lo que el peso de los gastos de educación y salud recaen cada vez más sobre las familias, porque el Estado provee menos en proporción. En Israel esto se morigeró, pero no hubo un cambio radical que en algún momento tendrá que darse.

En este sentido, usted es muy crítico de la teoría del derrame…
No existe el derrame, eso está comprobado después de decenas de años en que se hizo creer que esa era la solución mágica, pero hoy en día toda la investigación económica demuestra que no existe tal cosa, basta ver en Estados Unidos que todo el crecimiento económico ha ido a parar al uno por ciento más rico de la población, mientras un 50% de la sociedad quedó estancada. En Europa no fue tan extremo pero tampoco tan diferente, lo que sucede es que de entrada había menor desigualdad. Puede haber derrame en economías en desarrollo siempre y cuando las inversiones se destinen a infraestructura y educación. Pero en economías avanzadas, para que haya desarrollo equilibrado tiene que crecer de forma paralela la mayor parte de la economía y de la población, ya que si el crecimiento está localizado en ciertos segmentos estrechos, así va a quedar.

 

A favor de dos Estados
Siempre que hizo pública su visión sobre el conflicto, Tratenberg se manifestó a favor del diálogo y de una solución de dos Estados. Según sostiene, “todos los que contemplan la situación sin anteojeras ideológicas o dogmáticas entienden cuáles son los parámetros de la solución, que son dos Estados con algunos asentamientos grandes que van a quedar, con un control militar israelí solo en los primeros años, y que la totalidad de los refugiados no pueden ir a Israel. El asunto es cómo generar un proceso interno en Israel y Palestina para reconocer que ese es el único camino y superar la enorme desconfianza y falta de fe que hay entre las dos partes. Eso requiere de un cambio político tanto en Israel como en los palestinos, porque el actual liderazgo de Palestina y el de Israel no pueden llegar a estas metas”.