Vargas Llosa visitó Cisjordania y la AAA rechazó el boicot

Avances recientes que estimulan al campo pacifista de Israel

El autor de esta columna destaca dos avances recientes que estimulan al campo pacifista de Israel en pos de lograr más aliados en el mundo para su lucha contra la ocupación cívico-militar en Cisjordania. El primer avance es la novedosa visita de prestigiosos intelectuales de varios países que aceptaron la invitación de la ONG israelí Romper el Silencio, entre ellos el nobel de literatura peruano Vargas Llosa, quien recientemente recorrió Cisjordania y Jerusalén Oriental. El segundo avance es una histórica votación de la enorme Asociación Americana de Antropología (AAA), que rechazó el boicot académico de BDS contra instituciones universitarias israelíes.
Por Leonardo Senkman

Rompiendo el silencio (Breaking the Silence) es una ONG creada en marzo 2004 por Yehuda Shaul y Noam Chayut, cuando ambos soldados concluyeron su conscripción militar obligatoria. También se plegó al grupo fundador el fotógrafo artístico Miki Kratsman, quien dirigió el departamento de fotografía en la Academia Betzalel. Durante mucho tiempo, este judío argentino que hizo aliah a los 12 años, se destacó como fotógrafo de la columna Twilight Zone del matutino Haaretz, donde junto con Guidon Levy cubrieron la violencia cotidiana en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.
Desde su fundación, la misión de Rompiendo el silencio es recoger testimonios anónimos de soldados y veteranos cuyas identidades son guardadas en secreto, impulsado por el deber moral de denunciar ante Tzahal violaciones de los derechos humanos durante acciones punitivas y defensivas contra palestinos. Los testimonios incriminatorios pasan por la censura militar, pero desde hace poco los militantes de esa ONG son objeto de censura y atropellos a sus libertades civiles. Últimamente, el Procurador General exigió a Rompiendo el silencio revelar el secreto para identificar a ex soldados impugnadores de conciencia. La editorial de Haaretz del 21 de mayo pasado salió en defensa de esta valiente ONG comprometida con los derechos humanos, al advertir por la privación de la  inmunidad de quienes guardan el secreto de “testimonios de los soldados que revelan lo que sucedió en el terreno durante el combate”. A juicio del editorialista, “el valor de ese control externo de la sociedad civil, debiera ser respetado de modo semejante a como se respeta la inmunidad del periodista respecto de sus fuentes de información”.

Invitación a Vargas Llosa a Cisjordania y Jerusalén Oriental
“La lucha es contra los asentamientos, no contra el Estado de Israel”, confesó Yehuda Shaul, vocero de Rompiendo el silencio, en ocasión de la reciente visita a los territorios ocupados del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Al igual que la escritora irlandesa Eimear McBride en febrero, y los esposos norteamericanos Ayelet Waldman y Michael Chabon en mayo, también invitados por Rompiendo el silencio, el laureado escritor peruano aceptó visitar por sexta vez Palestina y Jerusalén en junio, como amigo de Israel, aunque sea un crítico implacable de la política colonial y de seguridad  de sus gobiernos.
En declaraciones al diario El Español, Vargas Llosa denunció las sanciones del actual gobierno israelí contra la ONG que patrocinó su visita: “Esta campaña que hay contra Breaking the Silence y otras ONGs defensoras de los derechos de los palestinos me parece muy preocupante (…). En una sociedad democrática, es fundamental que haya libertad de palabra y de expresión”, afirmó. Y agregó: “Hay un hecho que no se puede negar, y es que hay una ocupación israelí de los territorios palestinos, en donde practican una política claramente colonialista que está provocando muchísimo sufrimiento, y que creo puede ser peligrosa para el futuro de Israel”.
La nueva estrategia de Rompiendo el silencio está logrando aliados entre círculos intelectuales prestigiosos fuera de Israel, y desafía la campaña de BDS que justifica el boicot contra artistas y académicos israelíes para exigir el pretendido fin de la ocupación en Cisjordania.
Mario Vargas Llosa rechaza esa lógica de sanciones indiscriminadas del BDS, porque también boicotea a disidentes y enjuiciadores éticos como Rompiendo el silencio, quienes por el contrario necesitan estímulo y solidaridad. “Estoy en contra de las penalizaciones colectivas, pero en este caso me parece mucho más grave, porque penalizar a las universidades o a las instituciones de la cultura supone castigar a las instituciones donde está la gente que resiste mejor y que es más crítica con lo que está ocurriendo en Israel”, declaró.
Consecuentemente, durante su reciente visita, el internacionalmente conocido escritor octogenario pidió ser acompañado por Kratzman y Shaul al checkpoint de Calandia, donde todas las madrugadas se hacinan trabajadores palestinos para ser autorizados a cruzar la Línea Verde; fue testigo de la situación explosiva en Hebrón y en aldeas palestinas aledañas; y además asistió a una audiencia del tribunal militar en Ofer. Vargas Llosa se impresionó de la confiscación de casas en el barrio Sylwan en Jerusalén Oriental y también oyó los argumentos de colonos entrevistados. Finalmente, cenó con sus amigos israelíes Amos Oz y David Grossman. La ya legendaria crónica de denuncia Viento Amarillo, de Grossman, inspira ahora el libro crónica que escribirán los 26 escritores invitados para el proyecto Esta iniciativa de la ONG conmemorará en junio de 2017, con traducciones a varios idiomas, los 50 años de ocupación y violencia, con el fin de romper el clima de odio entre palestinos e israelíes a través de la palabra de escritores de todo el mundo.

Derrota del BDS en la histórica votación de la Asociación Americana de Antropología
La reciente derrota que sufrió el BDS en la votación de la membrecía de la muy representativa Asociación Americana de Antropología (AAA) es muy significativa. De sus casi 10.000 miembros en todo Estados Unidos, participó el 51% con derecho a voto, de los cuales 2.423 votaron contra la resolución de boicotear instituciones académicas israelíes, y 2.384  miembros votaron a favor. A pesar de esta ajustada victoria contra el boicot, por apenas 39 votos de diferencia, la derrota del BDS es un verdadero logro si se compara estos resultados de mayo de 2016 con su triunfo abrumador en la votación durante la asamblea de la AAA convocada en noviembre de 2015. Entonces, endorsaron la propuesta de boicot a las universidades académicas israelíes 1040 miembros contra apenas 136 que la rechazaron.
Esta votación resulta también significativa por el hecho que expresa la voluntad democrática de la mayoría de la membresía de la AAA, a diferencia de otras instituciones académicas de los EE.UU cuyas autoridades -y no sus claustros de docentes, investigadores y graduados– han sido las que se pronunciaron contra el boicot. Tales han sido los casos de algunas universidades líderes norteamericanas que emitieron declaraciones el mes pasado contra el boicot, destacándose el Massachusetts Institute of Technology, la University of Chicago y los diez campus de la University of California.
El Dr. Dani Rabinovich, profesor de antropología de la Universidad de Tel Aviv, ha resumido muy lúcidamente los argumentos con los cuales él y otros académicos salieron airosos contra el boicot. Ellos consiguieron revertir la posición antiisraelí de los colegas antropólogos de la AAA de un modo totalmente opuesto a las estratagemas del ministro de Seguridad Pública israelí, Gilad Erdan, quien propicia una campaña de represalias contra partidarios del BDS, dentro y fuera de Israel.
“Hemos explicado que a pesar de que nuestras universidades reciben financiación del Estado, sus académicos nos diferenciamos del gobierno y de sus políticas oficiales. Nuestra lucha para convencer a los colegas antropólogos de la AAA de no votar por el boicot estuvo desprovista de cualquier táctica difamatoria y/o de chantaje provocativo, expresó Rabinovich en un artículo de Haaretz. “En tanto grupo de activistas independientes, dejamos bien en claro a nuestros interlocutores liberales en los campus que nos oponernos a la ocupación militar israelí, pero también rechazamos el boicot por ser el  instrumento de llevar a cabo el designio del Frente Popular de Liberación de Palestina para desmantelar al Estado de Israel”, afirmó.
En síntesis, “Contra la ocupación israelí y contra el boicot BDS” fue la consigna exitosa de un colectivo honesto de antropólogos liberales norteamericanos que lideraron la histórica votación en la AAA, y vencieron el chantaje de quienes simulan boicotear sólo a instituciones académicas israelíes, pero no ocultan ser enemigos de sus profesores e investigadores acusados de “colonialistas”.