A un mes de las elecciones

En Israel, nadie sabe para quién trabaja

A días de las elecciones que renovarán a uno de los parlamentos más extremistas de la historia israelí, los dos principales candidatos que disputan el cargo de Primer Ministro, Bibi Netanyahu y Bugy Herzog, no trabajan uno contra el otro, sino que el uno para el otro.

Por Afro Remenik

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El actual parlamento israelí se caracterizó por ser uno de los más extremistas y anti-democráticos. Las fuerzas izquierdistas en la oposición no tuvieron los votos necesarios, y las fuerzas centristas en el gobierno no tuvieron las agallas para detener la avalancha. Fueron aprobadas leyes que reducen la fuerza de la Corte Suprema de Justicia, leyes que reducen la libertad de expresión e incluso leyes que violan los Derechos Humanos de los inmigrantes ilegales.
Una de estas legislaciones es la llamada Ley de Gobernabilidad, cuya medida principal es la de aumentar la cantidad mínima de diputados que un partido necesita para ingresar al Parlamento, de dos a cuatro diputados. Esta ley, promovida principalmente por el actual ministro de Relaciones Exteriores, el ultraderechista Avigdor Liberman, tenía como principal misión dejar fuera del congreso a los tres partidos árabes, que de manera histórica rozan los cuatro parlamentarios cada uno.
Sin embargo, la rueda del destino no para de girar. Los tres partidos árabes (el Partido Islamista, el Partido Nacionalista y el Partido Comunista) decidieron unificar sus listas electorales, y hoy en día bordean los 12 diputados, transformándose en el tercer o cuarto partido más grande en las próximas elecciones.
Por otro lado, es el partido de Liberman, Israel Beteinu, el que hoy en día está en peligro de quedar fuera del congreso. Un gran juicio por corrupción contra los principales líderes del partido su partido, la creciente integración social de los ruso-parlantes y el zigzagueo político de su líder, tienen a Israel Beteinu al borde del límite de cuatro parlamentarios para entrar al congreso.
Ay, que bella es la política israelí.

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Los dos principales candidatos al puesto de Primer Ministro, Bibi Netanyahu y Bugy Herzog, no trabajan uno contra el otro, sino que el uno para el otro.
El complicado sistema eleccionario israelí otorga al presidente del país, una figura decorativa-simbólica durante la mayoría del tiempo, la facultad de delegar en el jefe de partido que tenga las mayores posibilidades de formar gobierno, la misión de armar el mismo a través de diferentes pactos (públicos y secretos) con diferentes partidos, para así obtener un mínimo de 60 parlamentarios que apoyan al gobierno. Esto hace que no siempre el partido mayoritario sea aquel que forme gobierno, sino que el líder del sector mayoritario.
Hoy por hoy, según las numerosas encuestas de intención de votos, los diferentes sectores se ordenan de la siguiente manera:
– Sector que apoyaría a Netanyahu: Likud con 25 parlamentarios, Ha’Bait Ha’Ieudi con 14 e Israel Beteinu con cuatro diputados. En total 43 parlamentarios.
– Sector que apoyaría a Herzog: Avoda con 25 parlamentarios, Iesh Atid (de Lapid) con 10 y Meretz con 6 legisladores. En total 41 parlamentarios.
– La lista unificada árabe, que apoyaría a Herzog pero no sería parte de su gobierno, alcanzarían 12 parlamentarios.
– Partidos ultrareligiosos, que apoyarían a Netanyahu, a pesar de las reiteradas promesas que no lo harán: Ihadut Ha’tora con 8 parlamentarios, Shas con 4 y el nuevo partido de Eli Ishay con otros 4 diputados, aunque puede quedar fuera del parlamento. Sumarían en total entre 12 a 16 parlamentarios.
– El centrista partido de Moshe Kajlón, Kulanu, que apoyaría tanto a Herzog como a Netanyahu, sumaría 8 parlamentarios.
A pesar de que la lucha por los indecisos no se ha terminado, las principales contiendas se desarrollan al interior de los diferentes sectores. Por ejemplo, el nuevo partido de Eli Ishay desafía desde la derecha a Shas y Ha’Bait Ha’Ihudi, al estilo de las viejas riñas fratricidas al interior de los partidos árabes.
Sin embargo, la principal disputa se desarrolla al interior de los grandes sectores. Tanto Herzog como Netanyahu intentan personalizar la lucha, para así concentrar los votos en sus propios partidos, atacando a los partidos que los apoyan. Mientras que los partidos que apoyan a cada uno de los candidatos, tanto Meretz y Iesh Atid a la izquierda, como Israel Beteinu y HaBait HaIehudi a la derecha, intentan debilitar cada uno a sus propios candidatos a Primer Ministro para atraer votos a sus propios partidos.
En esta constelación, Bibi trabaja fuertemente para favorecer a Bugy, ya que sabe que esta es la forma de fortalecer su propio partido, y Bugy trabaja para fortalecer a Bibi, por la misma razón.
Ay, un yin-yang perfecto.
Ay, que hermosa es la política israelí.