“Asesinatos Discretos” una novela de Diego Levis Czernik

Mi zeide  nunca hablaba del pasado. Jamás le oí decir nada de su infancia, ni siquiera adonde había nacido, nunca nos contó qué le gustaba hacer de niño, ni lo que le habría gustado estudiar, ni de las razones por las cuales eligió venir a la Argentina, y mucho mucho menos acerca del asesinato de su madre y de sus hermanas por los nazis. Lo terrible es que su silencio ante el dolor tuvo un costo alto para él. Un infarto de miocardio pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial fue el primer aviso. El silencio había empezado a actuar sobre su cuerpo. Cuando murió de un nuevo ataque al corazón más de una década después tenía menos de 70 años.
Hasta no hace mucho no supe que la mamá, hermanos y sobrinas de mi zeide Abraham, vivían en Antopol (actual Bielorrusia, 2.500 habitantes) cuando en 1942 los nazis invadieron la Unión Soviética. Se trataba de una pequeña aldea campesina (shtetl). En aquel entonces, Antopol tenía 3.000 habitantes, 2.300 de ellos judíos, de los cuales sólo siete sobrevivieron a los fusilamientos masivos efectuados por los nazis (entre ellos Pinhas Czerniak – hermano de mi zeide-, su mujer y su hija Iritz). Este es el punto de partida de “Asesinatos Discretos”, la novela que escribí en homenaje a mi abuelo y a todas las víctimas directas e indirectas de la barbarie nazi.
Por Diego Levis *

El protagonista principal de la novela es Abraham Czernik, mi zeide, quien por iniciativa de su hermano Pinhas, emprende la búsqueda de jerarcas nazis escondidos en la Argentina, en especial de Heinrich  Müller, responsable directo, como jefe de la Gestapo durante la guerra, de organizar el exterminio de millones de judíos europeos.
«Asesinatos discretos» pone de relieve la convivencia forzada de los judíos argentinos con  los oficiales nazis integrantes de las SS y la Gestapo, refugiados en nuestro país tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
A mí, como a muchos otros niños judíos de la década de 1960, nos repetían que los judíos nos entregamos de forma pasiva al matadero nazi, lo cual me generaba un gran malestar. Con los años aprendí que los hechos fueron diferentes.
Siento que  tenemos la obligación de conservar la memoria de lo sucedido y de sus consecuencias. La memoria es una de las principales barreras contra el racismo y la barbarie. “Asesinatos discretos” pretende ser un pequeño ladrillo en la construcción de esta barrera imprescindible.
La novela finaliza con un pequeño recordatorio de los posibles vínculos entre los nazis que se establecieron en la Argentina y los métodos de represión empleados por los militares argentinos durante la década de 1970, personificado en la desaparición y asesinato de una prima hermana mía, nieta de Abraham Czernik, hijo, hermano, tío y abuelo de víctimas de la intolerancia y violencia nazi-fascista.

«La culpa del sobreviviente» (fragmento del cap. 3)
(…) La tarde del día en que recibió la carta de su hermano menor, Abraham Czernik no fue al hospital, tampoco lloró. Estaba triste, muy triste pero también aliviado. Desde que supo de las matanzas masivas de judíos imaginaba a su madre y a sus hermanos, a todos los paisanos de Horodetz y de Antopol, a sus amigos y a quienes no lo eran, al almacenero y al sastre, al maestro Rabinobitz, al rabino Aaron con su violín en la mano, a él mismo de niño nadando en el río, muriendo sin morir, en una muerte alargada, sin final, agonizantes perpetuos bajo la violencia de los verdugos nazis. Intentó sentir alegría por saber que Pinhas estaba vivo y no pudo.
Antes de salir de su casa tomó la carta de su hermano y se la puso en el bolsillo del sobretodo. Nadie lo oyó salir. Caminó por Riobamba hasta Corrientes y tomó el subte en la estación Callao. Sintió un malestar. ¿Cómo pudo salvarse su hermano? ¿Por qué él y su mujer están vivos y el resto no? No le gustó lo que estaba pensando. Lo avergonzaba. Bajó en Malabia y caminó hasta la casa de su hermano Jeremías. La cabeza en blanco. Prefería no pensar en nada, no sentir nada. Jeremías al verlo sonrió. Se saludaron con un apretón de manos. Como siempre.
–¡Vos por acá– estaba sorprendido. Abraham rara vez lo visitaba y mucho menos un día de semana -¿Pasa algo? Me agarrás justo, estaba por salir. Quedé a las tres con un cliente. Es acá cerca, en Vera casi esquina Canning –En aquellos tiempos Jeremías Czerniuk todavía trabajaba como cuentenik-.
–Acompañame y charlamos en el camino. Discul… –Abraham Czernik interrumpió a su hermano.
–Jeremías sentate cinco minutos y lee– le pidió alcanzándole la carta.
–¿De quién es?– Los hermanos se miraron y no necesitaron seguir hablando. Jeremías tomó la carta y la abrió. Reconoció la letra. Temblaba. Abraham se sentó frente a él. Bloomah, la mujer de Jeremías lo saludó, él no la oyó. Jeremías terminó de leer la carta y lloró.
–¿Me permitís que me la quede?–. Abraham asintió en silencio. Bloomah sirvió dos tazas de té con leche y unas galletitas dulces. Ninguno de los dos se apercibió. Abraham se levantó.
–Me tengo que ir– anunció.
–Esperame, voy con vos. Vamos al bar de la esquina a charlar.
–Charlar, ¿para qué?
–Entonces juguemos un rato al rummy.
–¿No tenías que ir a ver a un cliente?
–Prefiero no trabajar esta tarde.
–Así no vas a prosperar nunca. Andá a ver a tu cliente.
– ¿Y vos?
–Tengo que ir al hospital –contestó Abraham. –Mirá el lado bueno de lo que sucedió…. Pinhas está vivo y también su mujer y sus hijas. Hasta ayer pensábamos que todos habían muerto.
– Tenés razón…- balbuceó Jeremías sin convencimiento. Una cosa es imaginar que alguien querido está muerto y otra saber que está muerto, pensó “Un muerto no se compensa con un vivo” le hubiera gustado decirle a su hermano mayor, pero no pudo.
–Abraham, el dolor puede más, siempre-. -Estoy seguro– dijo Jeremías y se quedó un instante en silencio– ¿Cómo hará Pinhas para vivir con la culpa de haber sobrevivido?
“¿Y nosotros, todos nosotros?”, se preguntó Abraham en silencio.

* Profesor Titular de la UBA. Autor del libro “La Pantalla Ubicua”.

Asesinatos discretos (edit. Cinema, 2013). En Facebook: https://www.facebook.com/asesinatosdiscretosnovela. Avances de la novela, fotos  y otros  materiales complementarios en http://asesinatosdiscretosnovela.wordpress.com