Un hombre armado mató a cuatro personas

Atentado antisemita en el Museo Judío de Bruselas

El episodio constituye uno de los atentados más sangrientos cometidos contra la comunidad judía en Bélgica desde la Segunda Guerra Mundial. El suceso, ocurrido en la jornada preelectoral belga, levantó una ola de consternación en toda Europa y también en Israel, de donde procedían dos de los fallecidos, una mujer y un hombre que visitaban el museo.

Dos de las víctimas del tiroteo ocurrido en el Museo Judío de Bélgica en Bruselas, en el que tres personas perdieron la vida en un primer momento y una cuarta falleció unas horas después por las heridas sufridas, son turistas israelíes. La tercera es una francesa y el cuarto es belga, según informó la Fiscalía de Bruselas.
La investigación que abrió la policía federal belga de momento brinda pocas respuestas. Apenas se sabe que el presunto asesino era un hombre, armado y bien preparado que actuó en solitario, según la fiscalía belga. Las autoridades detuvieron a una persona inmediatamente después del suceso, pero poco después la liberaron y pasó a la categoría de testigo.
La fiscalía difundió luego las primeras imágenes y una descripción del sospechoso, que fue grabado por cámaras de seguridad. En el momento de los hechos, el asesino, de corpulencia media, atlético y que se desplaza con agilidad, llevaba una gorra oscura, una camisa azul y un pantalón oscuro. Para el crimen empleó un arma tipo Kalashnikov. La policía belga estima que huyó a pie.

El atentado ocurrió en la jornada previa a las elecciones europeas, que luego confirmaron el avance de varios partidos de extrema derecha, xenófobos y antisemitas.
“El asesinato de Bruselas es el resultado de una incitación constante contra el Estado de Israel por parte de varios agentes en Oriente Próximo y en la misma Europa”, consideró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El mandatario cree que Europa “se apresura a condenar la construcción de un piso en Jerusalén, pero no corre a condenar —o condena débilmente— el asesinato de judíos”.
Pese a esas críticas, las palabras de reprobación recorrieron la UE, con mensajes contundentes del presidente francés, François Hollande, del primer ministro belga, Elio di Rupo, y del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. “Condeno firmemente que este terrible atentado se haya dirigido contra un símbolo religioso en el corazón de la capital europea. Se trata de un ataque contra los valores mismos de Europa, algo que no podemos tolerar”, aseguró el líder de la Comisión Europea en un comunicado.

Poco después del atentado belga, la violencia antisemita se propagó también a Francia. Dos jóvenes hermanos de confesión judía fueron agredidos por unos desconocidos en las cercanías de la sinagoga Créteil, una ciudad de 90.000 habitantes situada 70 kilómetros al sur de París. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, dio a conocer el domingo la información sin dar detalles sobre el incidente, que condenó “con la mayor severidad”. El Gobierno francés ordenó “reforzar inmediatamente la seguridad en los centros ligados al culto israelita y la cultura judía”, y François Hollande pidió a los franceses que se movilicen para impedir actos similares.
Según explicaron dirigentes de la comunidad judía de Créteil, dos agresores, uno que iba a pie y otro en bicicleta, atacaron a los jóvenes cuando estos se encaminaban a rezar en la sinagoga ataviados con la kipá. Una de las víctimas, de 19 años, contó que su hermano, de 21, recibió un brutal golpe en el ojo con un puño americano. Los médicos delhospital donde fue ingresado dijeron que la vida del muchacho no corre peligro y no perderá la vista.
Aunque la policía de Créteil no identificó la agresión como de carácter antisemita, el alcalde socialista de la ciudad, Laurent Cathala, no mostró ninguna duda sobre su “carácter antijudío”.