Posible acercamiento entre EE.UU. e Irán

Obama- Rohaní: Histórica charla telefónica

Durante unos 15 minutos, Barack Obama mantuvo una comunicación telefónica con el presidente de Irán, Hasan Rohaní, que podría significar un primer paso de entendimiento para el reestablecimiento de las relaciones entre dos enemigos acérrimos desde el advenimiento del régimen teocrático persa en 1979. Según manifestó el presidente norteamericano, la conversación demostró que “es posible encontrar una solución pacífica a las diferencias sobre el programa nuclear iraní”.

Luego de que ambos líderes manifestaron en las intervenciones ante la Asamblea General de la ONU su voluntad de entendimiento, el presidente norteamericano se comunicó con Rohaní mientras el dirigente persa viajaba camino del aeropuerto de Nueva York.
Se trató del primer contacto directo entre los presidentes de Estados Unidos e Irán desde la revolución islámica de 1979, y se produjo tras años de enfrentamientos en los que hubo secuestros, amenazas militares, sabotajes, sanciones económicas y una extensa lista de acciones hostiles.

Este acercamiento entre EE.UU. y Teherán supone numerosos riesgos. Uno es la resistencia de los sectores duros del régimen islamista. Otro es al oposición que también Obama va a encontrar en Washington y en Israel de quienes creen que esta nueva actitud iraní es solo una estrategia para ganar tiempo y acabar de construir armas atómicas.

La conversación telefónica de Obama y Rohaní fue precedida el jueves por la primera reunión entre un secretario de Estado norteamericano y un ministro iraní de Relaciones Exteriores desde 1979. John Kerry y Javad Zarif se sentaron a la misma mesa, junto con sus colegas de Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania y la Unión Europea, que forman el grupo de seguimiento y negociación del programa nuclear iraní. En esa reunión, Zarif aseguró que su país está interesado en negociaciones “sustantivas” sobre ese problema.

No obstante, más allá de esta comunicación, por teléfono y mediante intérpretes, la relación entre ambos países deberá sortear el gran obstáculo que representa el programa nuclear iraní. Obama dijo ayer que Irán debe de tomar “acciones significativas, transparentes y verificables” en ese terreno. Rohaní anunció que, en la reunión acordada para el próximo 15 de octubre en Ginebra, su Gobierno presentará propuestas para que el mundo compruebe que Irán no tiene la intención de producir armas nucleares. Obama reconoce el derecho de Irán a enriquecer uranio para fines pacíficos y ha asegurado públicamente –la última vez en su discurso en la ONU- que no pretende un cambio de régimen en Teherán.
Por su parte, el presidente iraní insistió durante su visita a Nueva York que las armas atómicas no están contempladas en el sistema de seguridad de su país.

Un acuerdo sobre el programa nuclear persa podría significar, además del retorno de Irán a la primera línea de la comunidad internacional, también poner fin a las sanciones económicas que sufre desde hace varios años y que debilitaron su economía. Incluso, con un simple cambio del clima en las relaciones entre Irán y EE.UU., sin llegar al extremo de la reconciliación, puede abrir una nueva etapa en la región, ya que Irán tiene una influencia notable en Siria, Irak, Gaza y Afganistán, por citar algunos.
En Washington se explica el cambio de actitud demostrado por Irán desde que Rohani asumió la presidencia como un efecto de las sanciones económicas impuestas al régimen. Pero el cambio puede también obedecer a otras razones vinculadas con los equilibrios internos del poder en Irán.