A 19 años del atentado a la AMIA

Actos, pedidos de justicia y grietas

Una vez más, en el aniversario del ataque terrorista a la mutual judía, se repitieron los pedidos de justicia y el avance de la causa sobre el encubrimiento. Con diferentes enfoques, estos reclamos se repitieron tanto en el acto de Memoria Activa, que contó con Estela de Carlotto como oradora, así como en el acto oficial. No obstante, a diferencia de otros años, esta vez se hicieron presentes desde el escepticismo hasta el rechazo abierto al Memorándum de Entendimiento firmado con Irán y las cada vez más agudas diferencias entre las agrupaciones que nuclean a los familiares de las víctimas.

Como ya es tradicional, el acto oficial comenzó a las 9.53, la misma hora en que detonó la bomba que demolió el edificio de la AMIA el 18 de julio de 1994. En esta oportunidad, tuvo sólo dos oradores. Por un lado, el flamante presidente de la entidad, Leonardo Jmelnitzky, que con tono moderado criticó la investigación de la conexión local y el encubrimiento del atentado, además de sentar su oposición a un entendimiento con Irán. La otra oradora fue Sofía Guterman, madre de una de las víctimas y la única familiar que habló, quien fue muy dura con el Gobierno al rechazar el convenio con Teherán.
En lo que significó una nueva grieta en el entorno de los familiares de las víctimas del atentado, Guterman también criticó a los familiares que fueron recibidos por Cristina Fernández de Kirchner unos días antes de este nuevo aniversario al que no sólo no asistió la Presidenta, por haber viajado a Colombia, sino que no hubo ningún representante de su gabinete de ministros. La única presencia oficial de relativa jerarquía fue la del senador Aníbal Fernández. Una vez más, tampoco estuvo presente el edil porteño, Mauricio Macri, ya que en representación de la ciudad de Buenos Aires asistieron la vicejefa de gobierno, María Eugenia Vidal, y el ministro de Cultura, Hernán Lombardi.

Luego de destacar la solidaridad al momento del atentado y la sólida condena al terrorismo, Jmelnitzky se quejó de que “llevamos demasiado tiempo esperando justicia”. Dirigiéndose directamente al juez Rodolfo Canicoba Corral, que lleva la causa, le reclamó que desde el fallo de la Corte Suprema de 2009 “no hubo ningún sospechoso nuevo, ningún indicio. Pensábamos que habría alguien más que Telleldín, que estarían los que cobijaron a los terroristas, armaron la bomba, la trajeron al estacionamiento aquí a dos cuadras… Nada de eso pasó”. El mismo cargo le hizo al juez Ariel Lijo, por el tramo de la investigación por encubrimiento ya elevada a juicio.
Asimismo, el presidente de la AMIA enumeró los motivos del rechazo al Entendimiento con Irán, al que llamó inconstitucional. Jmelnitzky se preguntó “qué interés tendría Irán en ayudarnos a esclarecer lo que pasó si hasta niegan la Shoá”.

Por su parte, Guterman sostuvo que “la memoria es como el vidrio, permite que los muertos estén presentes, sean visibles, pero no se puedan tocar”, para posteriormente también fustigar al Memorándum firmado con Irán. Entre otros conceptos, la familiar le dedicó un párrafo especial del discurso a la Comisión de la Verdad a formar entre Irán y Argentina en los términos del memorando. Para Guterman, esa comisión era un objetivo iraní ya en 2007, cuando criticaron a Kirchner de hablar ante la ONU “por presión de los sionistas”. “Ya entonces propusieron una comisión, y seis años después lo lograron”, dijo. Sin nombrar a la presidenta Cristina Kirchner, Guterman apuntó contra Héctor Timerman. “Señor canciller, ¿usted aceptaría acordar con los genocidas del Proceso?», le dedicó. Y después afirmó: «No se puede luchar por justicia y al mismo tiempo compartir actos con Luis D’Elía», en una frase que molestó al grupo 18-J, que encabeza Sergio Burstein.
En otro tramo del discurso que dio Guterman, aunque fue escrito en conjunto con Luis Czyzewski, la oradora enunció otra frase polémica contra el mismo sector, al que dirigió críticas nunca antes expresadas en público por su afinidad con el Gobierno nacional. «Recordamos que muchos familiares que sostenían que con los asesinos no se negocia porque ‘la sangre de nuestros muertos no se vende’, hoy aplauden el Memorándum», dijo.
El encargado de transmitir la respuesta de 18-J fue Sergio Burstein, quien sostuvo: «Nosotros estábamos satisfechos porque los familiares tenían el uso de la palabra. Más allá de que sabíamos que no íbamos a coincidir con alguna expresión respecto a la causa, compartimos el mismo camino: la búsqueda de justicia», dijo. Y agregó: «Todos tenemos derecho a decir y pensar lo que mejor creemos porque nos debemos a ellos, nuestros muertos. De ahí en más, calificar como se hizo… Nosotros no nos comemos a los caníbales», dijo. Y finalizó: «Me gustaría que (Guterman) diga con nombre y apellido quiénes son para ella los que negocian la sangre de los muertos».

Las divergencias respecto al Memorándum firmado por Argentina con Irán se extienden al resto de las agrupaciones que nuclean a familiares de las víctimas. Memoria Activa se expresó oportunamente en favor de la apertura de negociaciones con Teherán, aunque sin demasiadas expectativas en el éxito de la empresa. La agrupación que encabezan los familiares Diana Malamud y Adriana Reisfeld llevó a cabo un día antes del evento oficial un acto propio, también en Pasteur al 600, en el que habló la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

Por su parte, Laura Ginsberg, la titular de la Asociación Para el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA), se manifestó no sólo en contra de las recientes iniciativas del Gobierno nacional respecto a la investigación del atentado a la AMIA, sino que también acusó al fiscal de la causa, Alberto Nisman, de ocultar información vinculada a la misma.
«Venimos denunciando las políticas de este gobierno, que ha prometido un montón de cosas que nunca cumplió», declaró luego de participar de una conferencia de prensa en el hotel Bauen junto a agrupaciones de izquierda y organismos de derechos humanos. Para luego denunciar que: «Nisman reconoce en su dictamen que dispone de 1700 carpetas de documentación secreta. Lo impresionante es que hay archivos secretos por todos lados, tanto en la SIDE como en la Policía Federal. La supuesta Comisión de la Verdad que pretenden construir en Teherán, va a tener acceso a esos archivos mientras que nosotros, los familiares, no».