Rechazo a una iniciativa de transporte

Polémica por micros sólo para palestinos

La implementación de dos líneas de colectivos entre Cisjordania y Tel Aviv destinadas exclusivamente a palestinos desató una serie de denuncias de grupos de derechos humanos. “Los colectivos que operan según un perfil étnico fueron cosas comunes en los regímenes racistas”, afirmó la diputada Zehava Gal-On, líder de Meretz.

La compañía Afikim inauguró dos líneas de autobuses que van a unir Tel Aviv con el puesto de control de Eyal, en el norte de Cisjordania. De acuerdo con una cobertura de Haaretz, el Ministerio de Transporte de Israel tomó la decisión de abrir ambas líneas por las reiteradas quejas de los colonos judíos que consideran que compartir los micros con palestinos puede representar un riesgo para su seguridad.

Si bien no hay una política oficial vigente de impedir el uso de los colectivos a un determinado grupo de la población, y Afikim no define a sus unidades como destinadas exclusivamente para palestinos, hay varios indicios que dan cuenta de que ese es precisamente su propósito. Por un lado, hasta ahora la compañía anuncia sus servicios sólo en árabe y en zonas bajo control palestino; y por el otro, el Ministerio de Transporte indicó que las nuevas líneas van destinadas específicamente a mejorar servicios para los palestinos.
En ese sentido, Israel Katz, el ministro de Transporte, sostuvo que las nuevas líneas “mejorarán el servicio de transporte público para los trabajadores palestinos que ingresan a Israel por el puesto de control de Eyal, y ayudarán a eliminar las líneas ilegales que operan con tarifas desorbitadas”.
A pesar de la afirmación oficial de que no hay intención de desplazar a los palestinos de las otras líneas de colectivos, según Haaretz se reportaron incidentes en donde los pasajeros palestinos fueron obligados a bajarse de ciertos micros, y el periódico estima que este tipo de incidentes están en aumento.

La cuestionada iniciativa tiene como antecedente una sentencia de la Corte Suprema de Justicia israelí, que en el año 2009 derogó la restricción a los palestinos de usar la ruta 443, que une Jerusalén con Tel Aviv y posee un tramo que atraviesa Cisjordania. Se trata de una vía que fue escenario de numerosos ataques durante la Segunda Intifada, motivo por el cual se había denegado su uso a los palestinos.

La diputada de Meretz Zehava Gal-On pidió al Ministerio de Transporte que cancele esta decisión, al tiempo que subrayó que no acepta una medida de estas características en un país democrático. “Según varios informes, la decisión de segregar a los pasajeros palestinos de los pasajeros judíos vino por las quejas de los colonos judíos, porque veían a demasiados palestinos en las líneas que ya existían”, expresó Gal-On en un comunicado de Meretz. “Esto tiene toda la apariencia del apartheid. No hay una forma más educada o agradable de describirlo”, añadió la presidenta del partido.

Además de las denuncias llevadas a cabo por las entidades vinculadas a la defensa de los Derechos Humanos, el proyecto de transporte público para los palestinos con permiso de trabajo en Israel tuvo un preludio violento, cuando dos de los micros fueron quemados en la localidad de Kafr Qasim, una pequeña ciudad israelí de mayoría árabe. No obstante, en el primer día de funcionamiento del servicio de Afikim hubo protestas porque muchos de los colectivos estaban llenos y no admitían más pasajeros; motivo por el cual el Ministerio de Transporte decidió reforzar las líneas con más vehículos.