Varias tumbas del cementerio judío de Marsella, al sur de Francia, aparecieron pintadas con cruces esvásticas y frases antisemitas.
El ataque fue condenado con «firmeza» por el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin. Esta «manifestación odiosa de antisemitismo» es «un signo de intolerancia inadmisible y chocante», ha dicho el primer ministro galo.
A través de un comunicado, Raffarin declaró que ya ha dado las instrucciones correspondientes para que los autores de esta «profanación» sean perseguidos y detenidos.
A raíz del descubrimiento de las pintadas en las tumbas, la comunidad israelita de Marsella realizó la denuncia ante las autoridades policiales respectivas.
El cementerio, que ya hace dos años había sido objeto de vejaciones semejantes, ha sido cerrado para la investigación en curso.
El Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia reclamó a las autoridades que hagan todo lo posible para neutralizar a «esa minoría racista cuya actuación recuerda las horas más sombrías de la Historia de Francia».
La semana pasada, el presidente francés, Jacques Chirac, dio instrucciones al Gobierno para combatir con la máxima firmeza todo acto antisemita y afirmó que, cuando un judío es atacado, es «Francia entera» la que es atacada.
