Discurso de Darío Teitelbaum

Homenaje a Pesaj Zaskin

En el sepelio de Pesaj Zaskin, el representante para América Latina de Hashomer Hatzair, Darío Teitelbaum, leyó una sentida carta en memoria del querido javer, cofundador de Nueva Sion y pionero del Kibbutz Metzer, quien falleció la semana pasada.

Queridos javerim,
El deceso de Pesaj nos convocó a este encuentro familiar en su honor y memoria. De un Pesaj que ya no está y de un Pesaj presente.
La familia del Kibutz Metzer, su casa y familia, y la familia del Hashomer Hatzair en Argentina y Latinoamérica, de quien Pesaj fue y sigue siendo uno de sus pilares centrales.
Pesaj era para parte de nosotros, un madrij y maestro, Amigo, compañero de camino y contendiente. A veces era todo al mismo tiempo. En cada una de sus facetas, nos aportó desde sus características centrales como creyente en lo humano: la sagacidad –hasta crueldad- de su análisis por un lado, y la creencia «inocente» por el otro. Sin que dicho análisis afloje sus brazos o los nuestros del deseo y la obligación de cambiar la realidad.
Y todo esto con un admirable espíritu de camaradería, como un lazo shomrico que el adornaba con su eterna y amplia sonrisa. Y con una fe inquebrantable, a veces ardiente, y a veces con profundas dudas. Y con una notable sensibilidad a la carencia humana, la injusticia en la sociedad y la inhumana opresión.

Y de la misma manera que no ahorró sus críticas, nunca ahorró una orientación, consejo y apoyo, y hasta el «empujoncito» hacia las cosas que realmente son importantes, como si nos recordara el camino de la tnua que lo formó, y de la que él fue uno de sus formadores a lo largo de estos últimos 60 años, a pesar que siempre se negó a tomar la postura de los «próceres fundadores», sin dejar de liderar, activar y participar, a pesar de su enfermedad y de los dolores que lo azotaban.

Fui agraciado de invitado a la proyección festiva de la película sobre la fundación de su Kibbutz Metzer, y me emocionó su emoción, y también su sensación –de la cual me hizo partícipe, en un momento de cercanía inusual en nuestras relaciones– que «cumplió una misión» de vital importancia. A su modo tan particular: Fijar objetivo, reclutar participantes y llegar a nuevos logros.

Por todo esto, y por lo que no se dijo aún, el camino de nuestro querido Pesaj está asociado con el de esta familia que se da cita hoy, se niega de despedirse de la caminata conjunta hacia un futuro prominente. Con Él.

Bendita sea su memoria como su camino.

Jazak Ve’ematz.
Dario Teitelbaum.