Pemper, de 91 años, había nacido en el seno de una familia judía en Cracovia y vivía desde el año 1958 en la ciudad alemana de Augsburgo, donde murió y donde varios años antes fue nombrado ciudadano de honor.
Cuando llegó a Alemania, se dedicó a ser consultor empresarial y recién en el año 1993, momento en el que se estrena la película “La Lista de Schindler” dirigida por Steven Spielberg, reveló su historia durante la época del nazismo.
En el año 1943, Pemper era un prisionero más de los nazis, pero su destino cambió cuando fue destacado en el servicio de Amon Goth, comandante del campo de trabajo forzado de Plaszow, en Cracovia. Allí conoció a Oskar Schindler, un empresario alemán y miembro del Partido Nazi.
Schindler instaló allí una fábrica de artículos de cocina y llegó a un acuerdo con el director de un campo de trabajos forzados para usar mano de obra judía (muy económica) proveniente del ghetto de Cracovia. Pero enseguida se dio cuenta de la terrible situación que se vivía y comenzó a ayudar a sus empleados con todo lo que pudo para impedir que vayan a los guettos y a los campos de concentración y de exterminio. Incluso en muchas ocasiones terminó comprando a sus trabajadores para salvarlos de su cruel destino.
En ese momento, Pemper se convirtió en el administrador de la fábrica que el empresario alemán fundó y por lo tanto fue el principal testigo y el encargado de contar la historia de Schindler, en 1946 cuando la guerra había finalizado y los jerarcas nazis fueron juzgados.
