Raoul Nalecz-Malchowski el hombre de dos continentes

Desde Chile

Los muros y los ghettos se construyen con piedras o alambradas, pero también con miradas, con palabras, con desprecios, con prácticas cotidianas. Colaborar en desmontar ese andamiaje fue parte del objetivo del Hashomer Santiago el pasado sábado 20 de abril al realizar una intervención urbana en calle Varsovia, comuna de Ñuñoa en conmemoración del 68° Aniversario del levantamiento del ghetto.

En el lugar se hizo presente Dorota Jaworska, vice cónsul de Polonia en representación de su Embajada; como también un protagonista de la comunidad polaca residente, Raoul Nałęcz-Małachowski. Su presencia fue significativa pues permitió, por una parte; repasar las causas, contexto y alcances del levantamiento del ghetto de Varsovia en un lugar tan lejano como Santiago de Chile y por otro; sostener para Hashomer Hatzair Santiago la vigencia de la memoria y Krytyka Polityczna (crítica política) de los horrores que genera la discriminación, la xenofobia y el racismo.

Para este repaso ‘benjaminiano’, la presencia de Raoul Nałęcz-Małachowski resultó ser esencial. Polaco étnico, Raoul emocionó a los asistentes con algunos fragmentos de su vivencia en la Varsovia ocupada. Como la mayor parte de los asistentes no conocía la biografía del personaje, creo que vale la pena relevar un esbozo biográfico para denotar la jerarquía de su presencia en la intervención de calle Varsovia preparada por la tnuá socialista.

Ni los años, ni las diferencias ideológicas embargaron el inextricable lazo que se produjo entre los jóvenes de hashomer y un vibrante Raoul, quien rememoró: “Durante la ocupación, entré al ghetto como parte de actividades de resistencia. Conocí algunos de sus protagonistas. Después de la primera lucha en Varsovia [levantamiento del ghetto], su bravura no paso en vano. El 44 luchamos nuevamente por Varsovia [levantamiento de Varsovia], perdimos. Sin embargo, al verlos acá a ustedes [los jóvenes], que hablan en su nombre, creo que tampoco fue en vano”.

Previamente, a los organizadores se les había solicitado una silla para que Małachowski pudiese hacer su alocución. Nonagenario y con movilidad reducida, la fría tarde ñuñoína no pareció darle mella. Llegado el momento, rechazó la ayuda y dijo al conductor “De pie, voy a hablar de pie”. Al terminar, dirigiéndose a los jóvenes exclamó con entusiasmo “¡Mírenme, tengo 97 años, y aquí estoy! ¡No fuimos derrotados!”.  También estuvo de pie mientras resonaba en la calle Varsovia זאָג ניט קיין מאָל (Zog Nit Keyn Mol), el Himno de los partisanos.

A Raoul Małachowski (1916- ),  más 50 años viviendo en Chile, se le conoce como “El hombre de los dos continentes”. Un artista en Latinoamérica y un político en Polonia. De personalidad colorida y un optimismo inquebrantable. Creció en Lodz, donde se graduó de la escuela secundaria para entrar a estudiar bellas artes en la capital. En 1939 se voluntarizó y a partir de la ocupación nazi participó en la sección informativa de la Cruz Roja Polaca acometiendo acciones clandestinas. Después de la liberación comenzó a pintar motivado por expresar lo vivido. Durante la Guerra Fría fue delegado del pro occidental gobierno polaco en el exilio en Santiago; por eso, en 1991, Raúl viajo a Varsovia a hacer entrega de los símbolos de la nación a Lech Wałęsa, el recientemente electo presidente de la nueva Republica Polaca.

Él está convencido que su nombre le obliga a actuar al servicio de los valores ancestrales de Polonia. Luchó bajo las ordenes de su padre, el general Małachowski en la memorable defensa de la fortaleza Modliński (septiembre de 1939) y es descendiente del mariscal Stanislaw Małachowski, legendario presidente del Sejm (Parlamento) y redactor de la “Constitución del 3 de mayo”, el último intento de independencia de Polonia antes de la Tercera Partición y desaparición de Polonia como nación independiente hasta 1919.

Miembro de la élite polaca y de la Szlachta (nobleza polaca), en 1943 fue arrestado en Varsovia por la Gestapo junto con su madre Anna Lisa Pettersson y encarcelado en KZ- Radogoszcz, lugar donde aconteció -entre otros eventos- la Intelligenzaktion o liquidación de la intelectualidad de Lodz (noviembre de 1939). Raoul fue golpeado hasta la muerte e impensadamente, sobrevivió. Fue trasladado a KZ-Mauthausen y a continuación a KL-Gusen.  En circunstancias excepcionales, recuperó a su padre. Se incorporó al ejército polaco clandestino, y luego paso a Bélgica. Su madre, torturada en una cárcel femenina en Gdanz, falleció en algún momento de agosto de 1944 y se cuenta como desaparecida.

Al finalizar la guerra viajó a Santiago donde fundó su propia escuela de pintura.  Se dedicó al teatro y trabajó en el cine y la radio. Ha sido decorador, muralista, bohemio; también director de orquesta y promotor de artistas polacos en gira por el Cono Sur. Creador de la Unión de Polacos en Chile. En su leiv-motiv lo marginal, subterráneo y subordinado ha llevado a Raoul a pintar bares y escondrijos de Valparaíso. Escribió junto a Efraín Szmulewicz la “Historia emotiva de Polonia”, publicada en 1993 por Ediciones Rumbos. Szmulewicz (1915-1983) fue un intelectual chileno de izquierdas de origen judeopolaco, vocero literario de los desheredados a través de la prosa obrera y popular.

La presencia de la vice cónsul Jaworska y el conde Nałęcz-Małachowski puso carne a la intensión de Hashomer Hatzair por conmemorar también mil años de una historia compleja pero que, parafraseando dos poemas  nacionales famosos “Mientras en el corazón, un alma humana palpite / Kiedy my żyjemy / Od lo avda tikvateinu (No se ha perdido nuestra esperanza) y / Ludzkość nie zginęła (La humanidad no ha perecido).

La fotografías son de: Joaquín Vallejo Correa (Bajo Licencia Creative Commons); Embajada de Polonia en Chile. 2009.