En Pesaj, debemos reflexionar sobre el significado del matrimonio mixto de Moisés

La importancia de la figura de Moisés es relevante para la religión judía, la cristiana, y para el  islam, ya que para todas ellas es considerado y respetado como un legendario profeta, lo cual hace que las enseñanzas que se puedan extraer de su vida sean significativas para diferentes credos.

Por Naum Kliksberg

Para millones de personas en el mundo que constituimos matrimonios mixtos y para nuestros hijos, entre las múltiples enseñanzas que deja la vida de Moisés, hay una muy particular, que generalmente suele no ser mencionada, por motivos que deberían ser reflexionados y dar lugar a una constructiva autocritica.

Me refiero a que Moisés constituyo un matrimonio mixto interreligioso al casarse con Tzipora,  quien no solo no era judía, ¡ era hija de un sacerdote de otra religión ! Luego de la liberación Moisés le encomendó la delicada misión de constituir y dirigir todo el sistema de jueces del pueblo judío.

En la actualidad, sobre el tema de los matrimonios mixtos hay mucha confusión entre los judíos, no saben que pensar y qué actitud deben adoptar ante el hecho de que cada año crece rápidamente la cantidad de matrimonios mixtos. En el año 2009, de cada 100 judíos/as que se casaron en la diáspora 72 lo hicieron con no judíos/as. Por ese motivo, en todas las reuniones que hacen las familias judías en la festividad de Pesaj, para recordar los hechos históricos de la liberación de los judíos de Egipto liderada por Moisés, no se debería ocultar el matrimonio mixto de Moisés, al contrario, es indispensable que sea tema de reflexión el importante significado del mensaje de tolerancia y apertura hacia los matrimonios mixtos que implica que Moisés, el máximo líder judío, no se caso con una judía, constituyó un matrimonio mixto, sin que conste en los libros religiosos que Dios haya realizado la más mínima objeción. ¿En esta actitud de Dios que mensaje pueden encontrar los creyentes de todas las religiones?

También encontramos el mismo mensaje en el caso de la reina Esther. Ya que Dios quiso que sea ella (una judía muy asimilada, hasta el punto que le había ocultado a su esposo, el rey, que ella era judía) quien salve al pueblo judío de la muerte gracias a que ella constituyo un matrimonio mixto interreligioso con el rey persa Ajashverosh, por eso el salvo a los judíos. Hecho histórico que todos los años los judíos festejamos en la fiesta de Purim.

También encontramos el mismo mensaje en la historia de Rut, una no judía que se caso con un judío, de su vientre de madre no judía fueron sus descendientes: el Rey David (Rut fue su bisabuela), el Rey Salomón, Jesús, y de la línea de descendientes de Rut está escrito en los textos religiosos que vendrá el Mesías que esperamos los judíos.

Pese a las pruebas mencionadas, los rabinos ortodoxos dicen que Dios no quiere que se constituyan matrimonios mixtos porque los prohíbe en el texto 7:3 del Deuteronomio, el cual lo interpretan en forma errónea, en el dice:

7:1 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al  gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú

7:2 y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia

7:3 y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a un hijo de ellos, ni una hija de ellos tomarás para tu hijo

7:4 porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.

7:5 más así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.

Está claro que lo que se pretende es entrar en guerra y destruir a 7 pueblos que vivían en la zona. Por lo tanto es lógico esperar de esos pueblos un gran odio hacia los judíos, motivo por el cual era conveniente para los dirigentes judíos, como medida política y militar, impedir el integrar en el pueblo judío a personas que serian sus encarnizados enemigos.

Entonces se entiende que en esas especiales circunstancias históricas se prohíba las relaciones de pareja con integrantes de esos siete pueblos enemigos que habitaban en esa zona geográfica.

Queda claro en ese texto que en ningún momento en los textos religiosos dice que Dios prohíbe también la constitución de parejas con integrantes de otros pueblos que no sean estos siete con los cuales se estaba en guerra, tampoco se dice que Dios dictamine esa prohibición para todos los tiempos. Está claro que la prohibición se refiere solo a esos siete pueblos, y solo con vigencia para esos años.

Otro aspecto muy importante para tener en cuenta es… ¿a quién se le está hablando? en el Cap. 7, versículo 3, en el cual la Torá dice: “… no darás tu hija a un hijo de ellos ni una hija de ellos tomarás para tu hijo”. ¿A quién se le está dando esa indicación? ¿a los padres o a los hijos/as?

No cabe duda que es a los padres. Si fuese a los hijos/as la frase estaría dirigida directamente a ellos diciendo: “No te cases con una mujer u hombre no judíos”, o sea que no se les está prohibiendo nada a los hijos.

¿Por qué no se les prohíbe a los hijos/as el realizar matrimonios mixtos? ¿Sera porque entonces la Tora entraría en un choque frontal con el concepto del amor, y la libertad de amar, y eso crearía una crisis ética imposible de superar?

Es legitimo interpretar del mencionado texto de Deuteronomio que esta significando que hasta en el estado extremo de una situación de guerra no prohíbe y respeta el derecho de un/a judío/a de enamorarse y hacer pareja con un/a no judío/a. Nada en su texto le impide hacerlo a quien quiera hacerlo.  El texto se limita a hablarle solo a los padres de quien puede hacer una pareja con un no judío/a, a quienes les dice que en esa situación de guerra no hagan (los padres) acciones que lleven a su hijo/a a constituir una pareja con un no judío/a que integre uno de los pueblos con los que los judíos estaban en ese momento en guerra.

Tampoco dice el texto que los padres deben rechazar a sus hijos/as que constituyan esas parejas mixtas, y a los hijos que ellos tengan,  no lo dice porque produciría dificultades antinaturales en las relaciones afectivas que deben tener los padres y hermanos con los integrantes de su familia que constituyan matrimonios mixtos. El valor del amor, del afecto en la familia, lo preserva este texto al no indicarle a los padres ninguna acción que pueda romper los lazos familiares, se limita en el texto 7:4 a amenazar con que Dios será el que castigará si quienes formen pareja con no judíos /as terminan adorando a otros dioses. O sea que Dios no castigaría a un judío o judía por formar un matrimonio mixto, solo si se aleja de Dios. Si esta es la preocupación de Dios, entonces sería merecedor del mismo castigo el judío que se aleja de Dios, aunque no forme un matrimonio mixto.

A través de matrimonios mixtos como los de Moisés, Esther, y Rut, los creyentes pueden ver que Dios da una clara señal, a judíos y no judíos, de aceptación de los matrimonios mixtos interreligiosos, y da el mensaje que los matrimonios mixtos pueden realizar un muy importante aporte a la evolución de los pueblos, incluso aunque uno de los integrantes de la pareja no se convierta a la otra religión con un ritual religioso. Prueba de eso es que no existe en la Tora ninguna constancia «explicita” de que la esposa de Moisés y Rut se convirtieron al judaísmo por medio de algún ritual religioso, un hecho de esa importancia, si hubiese sucedido, constaría en la Tora de una forma totalmente clara, para que no quede ninguna duda sobre la importancia de realizar un ritual religioso de conversión, no existe en la Tora la mención de algo así. La esposa de Moisés y Rut, simplemente se integraron a la vida cotidiana del pueblo judío, para acompañar a sus maridos, nada hay que haga pensar que en esas mujeres fue por estudios que las llevaron a profundas convicciones filosóficas o religiosas, como los ortodoxos exigen en la actualidad. De todas formas, con o sin una conversión ritual religiosa, ello no disminuye la importancia del significado que debería tener para los creyentes de todas las religiones el hecho de que Dios privilegio esos vientres, de no judías, para el logro de algunos de sus objetivos trascendentales en la historia de la humanidad.

Queda otra interesante pregunta por hacer: ¿Por qué a Dios le intereso en dejar ese mensaje de apoyo a los matrimonios mixtos interreligiosos? ¿Qué aportaría con ello al desarrollo de la humanidad?   La respuesta es que ese mensaje constituye la base estructural del concepto político que promueve y posibilita la existencia misma del sistema político democrático, porque en su mensaje de aceptación de los matrimonios mixtos Dios deja claro que no existe: sangre, genes, ni almas superiores, que se quiera utilizar como argumento para fomentar la creencia de que los nacidos de un pueblo pueden tener características superiores a los nacidos en otros pueblos. Esas creencias son las que produjeron todos los racismos que generaron enormes sufrimientos en la humanidad. Por eso todos los grupos racistas (antinegros, antisemitas, fundamentalistas religiosos, etc.) se opusieron y oponen enérgicamente a los matrimonios mixtos interreligiosos. La aceptación de los matrimonios mixtos, y el no rechazar ni discriminar a sus hijos,  aporta a oponerse en forma clara y terminante a todas las teorías racistas.

En las comunidades judías, quienes rechazan a los matrimonios mixtos y a sus hijos/as, por lo menos no deben seguir oponiéndose al debate abierto y democrático de las ideas sobre el tema de si es ético y conveniente continuar en la actualidad con ese rechazo, pese a que ello significa fortalecer el mayor peligro que amenaza la continuidad judía, ya que está llevando al alejamiento del judaísmo a la mayoría de los hijos de los matrimonios mixtos y a sus padres, y ello está generando la rápida extinción demográfica que están teniendo en estos momentos las comunidades judías en todos los países en el mundo en las que existen. El promover debatir este tema debe ser prioritario para quienes desean la continuidad del pueblo judío, este texto pretende aportar a ese objetivo.