En el sepelio de las víctimas, al que asistieron unas 20.000 personas, el presidente de la Knesset, Reuven Rivlin, dijo: “Nuestra venganza será construir en nuestra tierra, más y mas”. Mientras que el gran rabino Yona Metzger, pidió que “nadie se tome la venganza por su cuenta porque sólo a Dios corresponde hacerlo”, a la vez que le exigió al gobierno que convierta la colonia de Itamar en una ciudad y que expanda la colonización judía por toda Cisjordania.
Por otra parte, el ministro de Defensa, Ehud Barak, advirtió que Israel podría tener que enfrentarse a un “tsunami diplomático” si las conversaciones de paz con los palestinos continúan estancadas y si varios países del mundo siguen reconociendo al Estado palestino, como lo están haciendo. Y agregó que Israel debería demostrar que está dispuesto a discutir sobre el tema de la seguridad de las fronteras, los refugiados y Jerusalén Este, de esta forma si no se logra un acuerdo de paz, la culpa ya no sería de Israel.