Hermanados en el dolor

A 95 años del Genocidio Armenio

“Las víctimas de los genocidios premeditados del siglo XX-judíos, gitanos, armenios- fueron asesinados para que los designios del estado en vista de un orden nuevo fueran realizados. En los dos casos, la guerra fue utilizada para transformar a la nación con el objeto de adaptarla a las concepciones de la élite en el poder, eliminando a grupos considerados extranjeros, enemigos por definición”

Por Rafael Winter

El 24 de abril se conmemoraron  95 años del Genocidio Armenio. Con tal motivo en la colectividad armenia del Uruguay se organizó, como todos los años, un acto muy emotivo que contó con la participación del Presidente de la República, saludado cálidamente, José Mujica y su esposa la Senadora Lucía Topolansky; el Ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich quien en su alocución recordó que el Uruguay fue, en 1965, el primer país en reconocer el genocidio armenio; la Subsecretaria del Ministerio de Turismo y Deportes Liliam Kechichian (los dos últimos pronunciaron muy conceptuosos discursos); autoridades nacionales y extranjeras, representantes de la Iglesia Armenia. También estuvo representado el Comité Central Israelita en la persona de su Presidente Marcos Israel e integrantes del Centro Recordatorio del Holocausto entre los cuales Rita Vinocur. Momento central del acto fue la inauguración de una cruz de piedra o Jachkar. El descubrimiento de la misma lo hizo el Presidente de la República, José Mujica.

Las atrocidades cometidas contra el pueblo armenio por el Imperio Otomano y el Estado de Turquía durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial, y también en años anteriores y posteriores a esta, son llamadas en su conjunto “El Genocidio Armenio”. El mismo fue premeditado, planeado, organizado y ejecutado contra una población civil e indefensa. Alrededor de 1.500.000 de armenios fueron exterminados. La mayoría de las masacres se llevaron a cabo entre los años 1915 a 1918.

¿Por qué la conmemoración el 24 de Abril? Porque ya la noche anterior y durante toda la madrugada del día 24 (año 1915) cientos de intelectuales, religiosos, profesionales y ciudadanos de origen armenio fueron secuestrados en sus hogares, deportados y posteriormente asesinados. Esta fecha concentra para los armenios acontecimientos más que simbólicos, muy importantes, como ser el comienzo del plan de exterminio; por sobre todo esta fecha resume los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en perjuicio del pueblo armenio.

Los antecedentes del genocidio ya comienzan en el siglo XIX, en la época del Sultan Abdul Hamid (1876-1909). Más precisamente entre 1884 y 1896 son masacradas decenas y decenas de miles de armenios. Derrocado el Abdul Hamid el poder pasó a los “Jóvenes Turcos”. Se auguraba una época de paz. Sin embargo los Jóvenes Turcos, de apariencia liberal, con tendencias occidentalizantes y modernizantes en ciertos aspectos, se transformaron en nacionalistas extremos, ávidos de crear un “orden nuevo” y de suprimir la “cuestión armenia” eliminando a su pueblo. En el nuevo orden elaborado por los jóvenes turcos los armenios constituían un obstáculo a erradicar. La Primera Guerra Mundial facilitó la concreción del siniestro objetivo.

Del 23 al 24 de Abril, como ya fue indicado, fueron deportados a Anatolia y asesinados unos 650 dirigentes armenios de Constantinopla. A partir de entonces se dio la orden de deportación de la población civil hacia los centros de “reinstalación” en los desiertos de Siria y Mesopotámia. El mismo esquema de arrestos y asesinatos de los líderes y de hombres mayores de 15 años, así como la deportación del resto de la población hacia los desiertos de Siria, se repitió en distintas localidades armenias. Esta larga marcha, para muchos el camino hacia la muerte era acompañada de violaciones, tortura y robo. Los relativamente pocos que momentáneamente sobrevivieron morirían, no mucho después por hambre y epidemias.

Termina la primera guerra mundial y Turquía capitula. Una parte de Armenia, la transcaucásica, logra su independencia en 1918. Pero esto no mejoraría la situación. Entre 1920-1923 tienen lugar nuevas matanzas. Las expulsiones y masacres realizadas por los turcos nacionalistas, cuyo nuevo jefe era Mustafa Kemal, sumaron  cientos de miles de nuevas víctimas. Hacia 1923 las tierras de Asia Menor y la histórica Armenia del oeste fueron prácticamente vaciadas de la totalidad de su población armenia.

Un argumento, más bien pretexto, que se utilizó por parte de los responsables del exterminio (se sigue utilizando) fue una presunta alianza de los armenios con Rusia, enemigo de los otomanos durante la Primera Guerra Mundial.

En realidad las causas reales por las cuales se cometió el genocidio fueron muy distintas. Siguiendo al Lic. Alberto Douredjian en su “Genocidio Armenio: síntesis histórica” él afirma lo siguiente: 1) “Motivos geopolíticos. Intentar expandirse hacia el este luego de haber perdido posesiones en la zona occidental del Imperio. Los armenios constituían una barrera geográfica en esa dirección. 2) El ideal pan-turquista: procurar por todos los medios de que el territorio del Imperio estuviera habitado solamente por turcos. 3) Apoderarse de tierras y bienes de los armenios: muchos emigrados musulmanes de los Balcanes, habitantes de territorios perdidos por Turquía, serían los futuros poseedores de las viviendas de armenios deportados. 4) Lograr que, sea cual fuere el resultado de la guerra no hubiera una Armenia independiente en el futuro”.

Por todo ello, para los perpetradores era “menester” eliminar a la población armenia del Imperio.

Sin duda que las diferencias étnicas y religiosas entre víctimas y victimarios contribuyeron aún más al horror. 

Sobre una población de alrededor de 2.100.000 armenios en el Imperio Otomano fueron asesinados alrededor de 1.500.000.

Puntos de contacto entre el Holocausto y el Genocidio Armenio son evidentes. Sí: también hay diferencias. Al momento no van al caso. No comparo tragedias. Lo que nos une es la tragedia y el dolor.

A pesar de que varios países ya han reconocido oficialmente el genocidio armenio, hay quienes siguen negando, minimizando o buscando pretextos y hasta explicaciones-justificaciones a las atrocidades (por ejemplo: marco de agresiones mutuas o de guerra interétnica, no como algo planificado). Pero lo que ocurrió fue clara y terminantemente un genocidio.

En cuanto al resto de las naciones que si bien no niegan, pero aún no se “animan” a reconocer abiertamente el genocidio por razones de “real politik”, considero de que si la disyuntiva es entre ética y política, la primera de ellas es la que debe predominar.