Enfrentamiento de Gaza

Vivir en la zona del conflicto

En entrevista con Nueva Sión, Danny Nakash, quien reside en el kibutz Zikim ubicado en una zona próxima a la Franja de Gaza, relata cómo sigue la rutina en tras los ataques.

Nakash se radicó en Israel durante la década del ochenta. En un diálogo que mantuvo con Nueva Sión, aseguró que la cantidad de misiles disparados sobre territorio israelí se redujo considerablemente en los últimos días y que esta guerra "tiene los días contados".

– ¿Cómo está la situación allá en este momento?
– Estamos tratando de volver a una normalidad (que no lo es totalmente) después de tres semanas en estado de emergencia. Los chicos en edad de colegio secundario fueron desalojados hacia el norte del país. Los de escuela primaria fueron distribuidos. Recién ahora están volviendo. Hoy fue el primer día en que abrimos nuevamente las guarderías, porque bastantes miembros del kibutz estaban afuera.
Seguimos teniendo alarmas de misiles cuando van camino a Ashkelon o Ashdot porque pasan por nuestra línea aérea. Hay soldados estacionados cerca del kibutz que están esperando para entrar en Gaza, y los periodistas llegan a diario. Pero la gente está volviendo en forma prácticamente masiva, incluso los que estaban más nerviosos. Quedan 2 o 3 familias afuera.

– ¿Y en Sderot?
– Van a tardar un poco más en normalizarse, porque no hay una red social como la que tenemos en el kibutz que ayude a las familias a la vuelta. De cualquier forma, estar alejado, por más que esté en la casa de la familia, implica un costo económico por dejar de trabajar. La cantidad de kasam que impactaban por día bajó mucho: pasamos de 70 a 20 aproximadamente. Yo creo que de a poco, si no hay una escalada, la gente va a empezar a volver un poco más. Pero se dice que Hamas está guardando una gran cantidad de misiles para el cese del fuego, para dar la imagen de que sale con alguna victoria, de que deja alguna herida de israel.

¿Qué pasa con los servicios públicos?
– El gobierno trata de mantener todo lo que sea nacional y gubernamental. De hecho hay un pedido desde el Ministerio de Educación para que abran las escuelas en lo inmediato, porque si no el país está parado. Son las comisiones de padres las que frenan el asunto. Pero para mediados de semana van a empezar a estudiar los chicos de quinto año, porque tienen los exámenes de acceso a las universidades. Y la idea es que para el fin de semana todos los alumnos, por lo menos del secundario, estén estudiando de vuelta.

– ¿En que punto se encuentra el cese del fuego?
– Se sigue hablando de eso. El problema es que cada uno quiere uno diferente. Los palestinos quieren un cese de fuego que les permita los pasos de frontera abiertos y tener posibilidad de que la comunidad internacional los indemnice. Israel quiere que Hamas se corra un poco del Gobierno y se comprometa a no disparar más contra Israel.

– ¿Cuáles se señalan como los objetivos a cumplir?
– El objetivo central del que se habla es que pare el fuego hacia las ciudades del sur de Israel. Como objetivos menos manifiestos están, no derrocar el gobierno de Hamas, pero sí debilitarlo. Son bastante menores de los que se buscaron el la guerra del Líbano, por ejemplo.

– Recientemente se registró el primer caso de un soldado que se niega a entrar en Gaza, ¿pensás que es una de las primeras manifestaciones en contra de los ataques?
– Acá todavía el consenso es a favor de la guerra. Fue mucho el tiempo durante el cual que se incubó el proceso y, a diferencia de la guerra con el Líbano que era menos popular, esta guerra es mucho mas consensual. De hecho, partidos de izquierda también lo apoyaron, aunque con determinados puntos de reserva y de a poco van pidiendo que haya un freno, pero su reclamo es moderado. Es claro que la cosa va a cambiar cuando se decida -si es que se decide- entrar el la ciudad de Gaza. Ese va a ser el punto de ruptura, porque la cantidad de bajas en las fuerzas civiles y entre los palestinos va a ser muy fuerte. Pero creo que esta guerra tiene los días contados, por la presión que el mundo puede llegar a hacer para pararla, pero que todavía no llegó.

T.L. – M.R.