El Papa habló en francés ante diplomáticos de 21 países y la Liga Arabe acreditados ante la Santa Sede, al recibirlos en Castel Gandolfo, su residencia veraniega ubicada en las afueras de Roma.
En su mensaje citó a su predecesor, Juan Pablo II, quien tuvo relaciones cercanas con el mundo islámico, destacando la necesidad de «reciprocidad en todos los campos», incluyendo la libertad religiosa.
El embajador de Irak ante la Santa Sede, Albert Edward Ismail Yelda, consideró que el discurso del Papa ante los embajadores debería poner fin a la polémica despertada por sus declaraciones sobre Mahoma y el Islam.
«El Santo Padre expresó su profundo respeto por el Islam y eso era lo que esperábamos», señaló el diplomático iraquí. «Es ahora el momento de dejar atrás lo ocurrido y tender puentes», destacó Yelda.
El Vaticano intenta bajar las tensiones generadas por las polémicas citas sobre el profeta Mahoma realizadas por el Papa al leer un texto medieval, el pasado 12 de septiembre, en la universidad de Regensburg, en su natal Alemania.
Ante los diplomáticos, el Pontífice hizo hincapié en que el diálogo entre cristianos y musulmanes «no es una elección del momento» sino «una necesidad vital de la que depende en gran parte del futuro» de la humanidad.
«Necesitamos mantener un diálogo auténtico con el fin de superar las dificultades», insistió el jefe de la Iglesia católica, que aseguró, además, que desde el comienzo de su pontificado viene destacando la necesidad de seguir «consolidando los puentes de amistad» con los fieles de todas las religiones, aseguró Benedicto XVI.
