En medio de la intensificación de la guerra, una iniciativa del gobierno de Beirut parecería haber abierto las puertas a nuevos diálogos para una salida diplomática, sobre todo a partir de el Primer Ministro israelí, Ehud Olmert, considerara la propuesta como «un paso interesante».
El pasado lunes 7 de agosto, el gobierno de su par libanés, Fuad Siniora, ofreció que 15.000 reservistas del Ejército libanés, que hasta ahora se mantuvo al margen del conflicto, se movilicen a la frontera entre los dos países cuando se retiren de allí las tropas israelíes.
La propuesta -vista positivamente en la comunidad internacional- ya había sido apoyada por la guerrilla de Hezbollah, a la que Israel exige detener y desarmar.
Luego de reunirse con el Presidente Moshe Katzav, Olmert aclaró que aún se debe analizar el significado exacto del plan libanés y reiteró que «lo decisivo es un despliegue del Ejército y un alejamiento de Hezbollah» del sur de El Líbano.
«Tenemos que verificar todos los aspectos y en qué medida es aplicable en un tiempo razonable», añadió Olmert quien recalcó que Israel no quiere «ocupar El Líbano» ni quedarse allí sino «impedir los disparos de cohetes y alejar al Hezbollah».
Aunque aún no haya una aprobación explícita de la iniciativa libanesa, el respaldo a la propuesta de Siniora parece abrir las puertas a una resolución de la ONU que habilite una salida diplomática del conflicto.