Otro «amanecer»

Compartimos algunas postales de nuestro compañero Moshe Rozén -desde frontera con Gaza-, en torno a la tensa situación vivida en el sur de Israel hace unos días y el “operativo militar preventivo” en un contexto político marcado por el camino a la quinta vuelta electoral
Por Moshé Rozén, desde Nir Itzjak, Israel

El 5 de agosto de 2022 podría haber sido un buen viernes, ideal para evaluar la realidad política israelí. A tres meses de un nuevo enfrentamiento electoral el quinto en tres años, las encuestas coincidían en otorgar un promedio de treinta y tres escaños al partido Likud y a su candidato a primer ministro, Benjamin Netanyahu, pero reiteraban el cuadro de los anteriores comicios: su dificultad para obtener la mayoría de mandatos aliados que le posibiliten regresar a la residencia oficial en la calle Balfour de Jerusalén.
Los diarios del fin de semana consignaban, paralelamente, la tensa situación en el sur del país, a raíz del cierre de rutas ante la presunción de un ataque de la Yihad Islámica, como represalia por el apresamiento de uno de sus jefes, Teisir Yabari.
A las cinco de la tarde de aquel viernes, el anuncio de un operativo militar preventivo -«Amanecer»-   señaló el reinicio de un insistente drama en nuestra zona de frontera: aviones israelíes rumbo a Gaza, disparos de cohetes desde la franja opuesta.  Habitualmente el órden es inverso, agresiones de Hamas o/y de la Yihad seguidos de ataques de Israel.
Si la quinta vuelta electoral recicla un cuadro político y social, los operativos bélicos reanudan otro ritual: los canales televisivos convocan a comentaristas- generalmente generales en situación de retiro- que acompañan el relato del conflicto, a semejanza de un cotejo futbolístico.
Para nosotros, los que vivimos en proximidad con la Franja de Gaza, esa tarde, más los días y noches subsiguientes, hay otro protocolo: prestar atención a las alarmas que anticipan ataques de proyectiles, acudir al refugio, permanecer en el lugar hasta pasado el peligro.  Como la Yihad Islámica Palestina dispara muchas veces de modo continuo e ininterrumpido, la estadía en el refugio puede prolongarse horas y horas. Es conveniente preparar suficiente agua y tener a mano un buen libro. En una oportunidad el llamado de alerta me tomó de de sorpresa y no llevé un libro, ni siquiera el diario con las encuestas comiciales; para compensar la falta de material de lectura y para evitar el teatro televisivo con los expertos analistas de guerras y operativos, traté de recordar obras de teatro.
Volvió a mi memoria, por el nombre del operativo –»Operativo Amanecer»- la obra de Agustín Cuzzani, «El centoforward murió al amanecer». Creo que la vI en el viejo Teatro del Pueblo, en Diagonal Norte, cerca del Obelisco porteño.
Recordé que la historia comienza con un vagabundo que duerme en una plaza.
Y me dormí. Al rato me desperté con otro alerta de ataque. Allí me acordé que al vagabundo lo echan de la plaza pues allí se va a ejecutar a un prisionero sentenciado a muerte. Me parece que, al irse del lugar, el vagabundo toma un libro que cae de una ventana de la cárcel. El libro cuenta la historia del sentenciado Garibaldi, Arístides Garibaldi, centroforward del club Atlético Nahuel. De Garibaldi me acordé por Giuseppe Garibaldi, el revoucionario italiano. Me alegra haber recordado que el centroforward se llamaba Arístides pero lo conocían como Cacho.
En ese momento, además de mi alegría por recordar los nombres, luego de tantos años, me regocija un anuncio: es posible salir de los refugios pero es conveniente, como medida de seguridad, no alejarse de los mismos.
Tal como el nombre de la obra lo dice, el centrforward muere al amanecer.
La radio nos informa de un cese de fuego. Termina otro partido. En la vecina ciudad de Sderot algunos ciudadanos proclaman su disconformidad: suponían que el operativo seguiría un tiempo más, para poner fin a las amenazas bélicas de la Yihad.
Esta ilusión es parte del ritual de guerra y terror, Gaza y Sderot.
El país vuelve a la rutina: aunque, en realidad, los ciclos de violencia son parte de esa rutina. El vagabundo de la obra de Cuzzani habrá regresado a la plaza: todo normal.