Peisaj post pandemia

Con su pluma habitual, Rudy nos ofrece sus pinturas humorísticas sobre la experiencia singular que representa la vivencia de la festividad en este 2022, de reencuentro
Por Rudy *

En este año 2022 o 5784, como más les guste, se viene peisaj, o pesaj, como más les guste. Y vamos a reunirnos a comer guefilte fish, con sal y pimienta o con azúcar, como más les guste. Y algunos festejarán el Éxodo, otros el fin de la esclavitud, otros la liberación nacional y popular del pueblo judío, otros que a partir de esa fecha los judíos caminaron por el desierto 40 años para llegar al único sitio de Medio Oriente donde no había petróleo, cada uno, vuelvo a decirlo, como más le guste, porque si festejamos la libertad, festejamos en un acto colectivo, y también en lo íntimo de la singularidad de cade une (eso lo escribí en idish o en inclusivo, como más les guste)

Pero además este es un peisaj o pesaj muy especial, porque es el primero, luego de dos años, de “Seder presencial”. O sea, como desde hace 3000 años, podemos reunirnos en una misma casa con todos los nuestros (luego de pasarnos un par de semanas discutiendo donde, porque las familias judías suelen dividirse en dos grupos: las que todo el mundo quiere que sea en su casa, y las que nadie quiere que sea en su casa, y más que nada, con quienes: esto siempre fue complejo, pero en estos últimos tiempos sabemos cómo ha variado el concepto de familia: tan así que ahora los judíos hablamos de “casamiento mixto” cuando es entre un hombre y una mujer, y esto sin tener en cuenta cómo se auto percibe cada uno, para no hacer las cosas más complejas aún (  Si el zeide se auto percibe bobe, se puede poner linda la fiesta).

Gracias a que las reuniones son presenciales, podemos reconocer y criticar duramente a nuestros familiares: tengo una tía, que por no haber podido hacerlo en estos últimos dos años, a causa del aislamiento, entró en una especie de síndrome de abstinencia. El 2020 se la bancó, pero en el 2021 empezó a criticar a su propio gato, luego a su ropero, y ya estaba por caer en la depresión, o en el abismo de la autocrítica, cuando, menos mal, se terminó el aislamiento y puede volver a encarnizarse con la familia

Por otro lado, el “seder virtual” no era lo mismo. Mandarse un emoticón de matze por zoom, que se yo…, decir “lleve alcohol a leilot” en vez de Shebejol”, o terminar una de esas cashes, o sheilot, como gusten diciendo “Culanu barbijim. (O barbijot, depende el género”, pasarse seis veces alcohol en gel, tres con la mano derecha a la izquierda, y tres con la izquierda a la derecha era un lio. Que el zeide, o quien se auto percibiera zeide les explicase a los pequeños que Moisés está vez no va a venir porque no puede salir de su casa por la pandemia y explicarles a los chicos que “pandemia” no es porque los judíos no comemos pan, y que “Cuarentena” no se refiere a los 40 años en el desierto, es otra complicación más.

Pero lo más difícil, era, durante la cuarentena, preparar el guefilte fish. Una verdadera penuria, y ni les digo si después había que mandarles parte a los familiares Por eso, para recordar con una sonrisa y una lágrima aquellos tiempos, quiero terminar esta columna, con mi receta del “cuarentenefilte fish” era más o menos así (esta es mi versión, ya sé que a usted le sale mejor, así que cada uno lo haga como le guste):

  • Primero se lavan bien las manos, y la cara, porque hay que picar cebolla, la cebolla hace llorar y las lágrimas contagian, se pueden lavar con detergente, lavandina, alcohol en gel, jabón blanco, o un poco de esto y uno poco de lo otro, como haría mi bobe.
  • Con las manos bien limpias, se sientan a la compu y buscan una pescadería que haga delivery. Cuando la encuentran, se vuelven a lavar las manos, toman en el celular, lo desinfectan con agua lavandina kosher, y llaman
  • Ahí le piden 2 kilogramos de pescado molido, al menos dos o tres variedades de pescado (Merluza, Perca o Nilus, carpa, dorado). Y ya que está, que sean solidarios, vayan al chino de al lado y compren cebolla, huevos, sal, azúcar, pimienta blanca, aceite, zanahoria y matzá. Si el muchacho pregunta que es el matzá, díganle que no se hagan problema, que los chinos saben
  • Esperan media hora o una hora… calculemos unas treinta y cinco veces que se ponga el termómetro.… y van a notar que suena el timbre. Se lavan bien las manos, tocan el timbre del portero electico y gritan “ya va” desde un metro de distancia el aparatito. Ahí hay que tener un buen cálculo del tiempo.
  • Se lavan las manos, toman la billetera, se lavan las manos, toman las llaves, se lavan las manos, se sacan los zapatos de estar en casa, se lavan las manos, abren la puerta, desinfectan la puerta, se lavan las manos, toman los zapatos de salir, se los ponen. Se toma la temperatura, y si está bien, como no pueden lavarse las manos porque tienen puestos los zapatos de salir, van rápido a la puerta de calle calculando no estar a menos de 1 metro y medio de nadie.
  • Una vez en la puerta, reciben el paquete, pagan, toman el vuelto, se colocan a más de un metro del mensajero, le dicen: Jag Sameaj, y vuelven corriendo a la puerta de su casa.
  • Abren la puerta. Si viven con alguien, pueden pedirle que se lave las manos, tome el paquete, lo desinfecte con un poco de cada cosa ya dicha, y se vuelva a lavar las manos, mientras usted se quita los zapatos de salir, los desinfecta con cepillito agua y lavandina, se lava las manos, se pone los zapatos de entrar, se vuelve a lavar las manos, respira hondo para quedarse tranquila
  • Se vuelve a tomar la temperatura, va a la cocina, si no hay nadie más, desinfecta cada ingrediente sin olvidarse de lavarse las manos y tomase la temperatura entre uno y otro.
  • Luego, prepara el guefilte fish como todos los peisaj de su vida.

A Gut Iontef, Jag Sameaj, Feliz Peisaj para todes

* Humorista, escritor y comediante. Trabaja en Pagina12, y junto con Ale Sanz, forma parte del dúo RS Positivo