Así comenzó el "Gran Cisma".

Grietas eran las de antes

Hace setenta años, en Praga, se produjo un suceso político cuya repercusión sísmica indicó la apertura de la grieta en la izquierda israelí, grieta que al profundizarse paulatinamente, provocó el fraccionamiento del Sionismo Socialista, el debilitamiento de su exponente parlamentario -el Partido Obrero MAPAM- e, inclusive, una dramática ruptura en las filas del movimiento kibutziano.
Por Moshé Rozén, desde Kibutz Nir Itzjak, Israel

Muchos ven el divorcio entre las Iglesias de Oriente y Occidente, allá por el siglo XI, como el primer cisma doctrinario de la historia, pero, por ejemplo, la milenaria trayectoria de la civilización judía registra mayores precedentes de grave fractura. Parte del espíritu controversial aparece como una constante en la grey hebrea, desde el Génesis bíblico y hasta hoy.

Mordejai Oren

En octubre de 1951 MAPAM designó a Mordejai Oren como delegado al Congreso Internacional de Sindicatos en Berlín (Berlín Este, capital de la República Democrática Alemana). Oren era un destacado militante, miembro del kibutz Mizra y  uno de los fundadores del Movimiento Hashomer Hatzair como organización educativa mundial. Cabe señalar que la asistencia al cónclave no gozó de unánime aprobación partidaria: los sectores que simpatizaban con la órbita soviética aplaudieron la nominación, pero aquellos que rechazaban la identidad partidaria con Moscú no ocultaron su rechazo.

Oren participó activamente en el congreso y su alocución también despertó reservas en ciertos grupos del partido: allí dijo que la clase obrera de Israel jamás será parte de la lucha (del mundo occidental) contra la esfera socialista (conducida por la Rusia Soviética), alegato que comprometía altamente a MAPAM y al Movimiento Kibutziano en una época de severas tensiones geopolíticas internacionales: la guerra de Corea, la expansión armamentística, la sombra de un eventual enfrentamiento nuclear.

 

El 24 de noviembre de 1951, Oren se disponía a regresar a Israel; pero al hacer escala en Praga fue detenido bajo la acusación de ser un «agente sionista al servicio del imperialismo».

Joseph Stalin

Al conocerse el arresto en Israel, todos los medios periodísticos, diplomáticos y parlamentarios expresaron su protesta contra las autoridades checas. El matutino Davar, vocero laborista, calificó los cargos imputados como «un cuento de Las mil y una noches, pero en las filas de su propio movimiento se anotaron fuertes divergencias. La «dirección histórica» de MAPAM reclamó la inmediata libertad del preso, mientras que Moshé Sné, líder de la tendencia de izquierda más radicalizada, recalcó su fidelidad a la «justicia revolucionaria» de las «democracias populares».

Ben Aharón, dirigente de la corriente opuesta a todo tipo de «solidaridad proletaria internacionalista» -solidaridad que en aquellos tiempos significaba un unilateral apoyo a las políticas de la URSS- exigió una actitud más contundente hacia Praga y condenó sevéramente a Sné y sus seguidores.

El arresto de Rudolf Slansky

La prisión y el juicio decretados por las autoridades checas contra Mordejai Oren fueron parte de una gigantesca escenografía montada por Stalin para mantener a raya al Partido Comunista de Checoeslovaquia: Rudolf Slansky, quien fuera secretario general del partido, fue sentenciado a muerte, acusado de ser un «conspirador sionista».

Oren sufrió largos años de  suplicio y prisión  hasta su absolución y regreso a Israel y a su kibutz.

 

El proceso a  Mordejai Oren desencadenó -en Israel- un doloroso desgarro en la izquierda:  la escisión del grupo de Moshé Sné  – que se plegó al Partido Comunista-, la partición de comunas kibutzianas y el rompimiento de filas en MAPAM. Una hostilidad cuya amplitud se reflejó no sólo en el espectro político sino que implicó un  hondo abismo que alejó a quienes soñaron y combatieron, codo a codo,  días y noches, en aras de un mundo  mejor.