El fallo de Salomón

Ofrecemos a nuestros lectores una nueva variación bíblica de Sergio Saposnic, que aporta una mirada sobre la sabiduría del rey Salomón frente a los dilemas éticos y los aprendizajes que ello conlleva.
Por Sergio Saposnic

Se presentaron ante el rey dos prostitutas.
Salomón se acomodó en el sitial.
Refirieron la cuestión sin atreverse a mirarlo:
-Vivimos en la misma casa; las dos dimos a luz hace pocos días y esta mujer hace dos noches, mientras dormía, sofocó a su crío y tomó al mío en su lugar.
-Fue ella quien aplastó al bebé y tomó al mío -dijo la otra- Quienes la conocemos sabemos que miente -dijeron al unísono.
El rey se inclinó hacia adelante pretendiendo capturar las palabras de las mujeres.
El corazón inteligente del rey enmudecía antes de comer y amar.
-Se servirá un banquete para siervos, declarantes, cronistas y sacerdotes.
-Tras la cena resolveré el caso. Coman -indicó el rey.
-Un nudo en mi corazón no me lo permite, amado señor.
-Come, pues deberás alimentar al crío si el espíritu de Dios te designa madre.
La otra comía sin miramientos pero, al ver que la afligida sacaba ventaja con su angustia, la imitó.
Por obediencia, la primera comenzó a comer sin apetito y la segunda la volvió a imitar.
Ahora la primera copiaba la postura de su rival por miedo a quedar en desventaja.
La primera le dijo a la rival algo al oído. Parecían recuperar la complicidad rota.
El rey saciado se aprestó a dar el fallo. Las dos han sido convincentes y han explicado sus motivos. Compartieron oficio y ahora conviven.
Mi señor, déjame decir algo más -interrumpió la segunda mirando de frente al rey-.
Nosotras, tus siervas, tuvimos el honor de integrar tu harén hasta quedar encintas. Así lo exige el reglamento. Aunque no lo recuerdes, amado rey, a una y otra conociste. Es imperioso que, antes de tu incuestionable fallo, mires a los niños, al vivo y al extinto y te busques en ellos porque son de tu simiente, amado rey.
Todos son hijos míos dijo Salomón.
El fallo salomónico fue que las dos sean madres del niño vivo.