Los estudios demográficos de la población judía de la Argentina: un balance tentativo

El diálogo con el Prof. Dellapergola organizado por Nueva Sion, Tzavta y el Núcleo de Estudios Judíos del IDES, y que contó con el auspicio del Centro Internacional para la Enseñanza Universitaria de la Cultura Judía de la Universidad Hebrea de Jerusalén, constituyó una actividad intelectual del mejor nivel. Sus reflexiones sobre la importancia de los estudios demográficos como un insumo fundamental para comprender la situación de una determinada comunidad judía constituyen un postulado que no necesita demostración. ¿Cuál es la situación en la Argentina? En este artículo intentaremos desentrañarlo.
Por Yaacov Rubel *

El punto de partida para abordar este tema será el Censo Nacional de 1960, que fue el último relevamiento que preguntó por la religión de los habitantes. La importancia de esta fuente radica en el hecho que posibilitó un análisis exhaustivo de la población judía censada ese año. La información allí proporcionada sirvió de base para las estimaciones publicadas por Dellapergola, a partir de entonces, en el American Jewish Year Book, que publica todos los años estimaciones de población judía de cada país.
Corresponde señalar que los Censos Nacionales de 1895 y 1947 también incluyeron una pregunta sobre la religión de los habitantes. Esta descripción sería incompleta si no hiciera alusión al Censo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires realizado en 1936 (los interesados en los antecedentes históricos de este tema pueden recurrir al artículo de Ira Rosenswaike publicado en 19601).
Para contextualizar adecuadamente la reseña que me interesa brindar, debo hacer referencia a las conversaciones que mantuve en 1970 con funcionarios del INDEC que aceptaron el pedido del Departamento de Demografía del Instituto de Judaísmo Contemporáneo de la Universidad Hebrea de Jerusalén de obtener una copia de los datos relacionados con la población judía del país.
También me tocó trasladar los voluminosos discos de esa época para entregarlos al Prof. Schmelz y al joven investigador recientemente incorporado, Sergio Dellapergola, quien, a partir de ese momento, participó activamente en el análisis de los datos.
El informe final de esta investigación fue publicado, por el Instituto Horovitz de la Universidad de Tel Aviv en 1974.
Como la pregunta sobre religión fue planteada para los habitantes mayores de cinco años, resultó fácil para los investigadores completar esa información con los datos de los hijos de 0 a 4 años que figuraban como integrantes de las familias judías que habían sido censadas. Ello permitió agregar 17.000 casos más a la cifra oficial de 275.000.
Al mismo tiempo les pareció lógico estimar una cifra adicional que tomara en cuenta la posibilidad de personas de origen judío que decidieron, por diferentes razones, no responder a la pregunta “¿qué religión profesa Ud.?”.
La estimación sobre el total de judíos que habían sido censados osciló entre 310.000 y 320.000. La publicación de estos resultados no resultaba congruente con las estimaciones de dirigentes comunitarios, que calculaban en los años setenta del siglo pasado un número de judíos mucho mayor (entre 400.000 y 500.000).
Pero una conclusión mucho más importante a la que llegaron Schmelz y DellaPergola fue que, a más tardar a partir de 1980, la población judía de la Argentina no sólo no aumentaría más, sino que comenzaría a descender sistemáticamente. Esa conclusión estuvo basada en la incidencia de tres factores: el paulatino decrecimiento en las tasas anuales de natalidad, el debilitamiento de los sentimientos de identidad e identificación judías, que llevaban finalmente al abandono del colectivo judío y la emigración (a Israel y a otros países).
En un gráfico incluido en el libro Jewish Demographic Policies, publicado en 2010, la población judía de la Argentina aparece en el séptimo lugar después de Israel (5.703,700), Estados Unidos (5.275.000), y con cifras mucho más modestas Francia (483.500) Canadá (375.000), Inglaterra (292.000), Rusia (205.000) y Argentina (182.000).
Para interpretar adecuadamente estas cifras, se hace necesario recurrir a dos definiciones acuñadas por Dellapergola: población judía nuclear (core jewish population) y población judía ampliada (enlarged jewish population).
La primera definición hace hincapié en la población que tiene una clara ascendencia judía y que incluye personas convertidas formalmente al judaísmo. La segunda definición incorpora a miembros no judíos (mayoritariamente mujeres) que al estar casadas con cónyuges judíos pasan a formar parte de esta segunda definición.
Si bien la información aportada por nosotros puede explicar, en alguna medida, el decrecimiento de la población judía, no es suficiente para delinear el perfil sociodemográfico de la población judía que reside actualmente en la Argentina, que a su vez forma parte de subgrupos con distintos grados de interés e involucramiento con la comunidad judía.
Incluso si consideramos que la última cifra aportada por DellaPergola, debería ser corregida por lo menos en un 10%, por ejemplo, estaríamos hablando de una población de 200.000 almas. Si bien, tener cifras confiables sobre el número real de la población judía de la Argentina sería muy importante, no servirá de mucho si no tuviéramos datos no menos valiosos sobre las características estructurales de la población judía del país.
Para ilustrar las carencias y falencias que tenemos en el área de los estudios sociodemográficos, sólo haremos referencia a continuación a temas sobre los cuales no tenemos información confiable o sobre los cuales carecemos de toda información.

Interrogantes a ser estudiados o investigados
• ¿El ´Brit Milá (circuncisión) sigue siendo el “rito de pasaje” con un alto porcentaje de adhesión por parte de las familias judías?
• ¿Cuántos niños fueron circuncidados entere los años 1910 y 1999?
• ¿Cuántas parejas judías se casaron en una ceremonia por Jupa entre los años 2010 y 2019? ¿Este número se mantuvo estable a lo largo de los años?
• ¿Cuáles son los pueblos y ciudades que tienen poblaciones judías de menos de 500 almas? ¿Cuál es el número de niños y adolescentes que viven en esos lugares?
• ¿Cuántos pueblos o ciudades del interior del país tienen poblaciones judías?
• ¿Cuál es el número de familias judías en todo el país que están viviendo por debajo de la línea de pobreza?
• ¿Qué sabemos sobre la forma de pensar y de sentir de los adolescentes y los jóvenes judíos que en estos momentos tienen entre 15 y 30 años?
• “¿Constituye la educación judía un dique contra la asimilación?” (pregunta formulada por Seymour Fox, un distinguido profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en un artículo escrito hace más de cuarenta años).
• ¿Cuenta nuestra comunidad con la información necesaria para responder a esta última pregunta?
• ¿Cuenta la comunidad con datos concretos en relación con el número de matrimonios “mixtos” registrado en los últimos 10 años?
Las observaciones y preguntas planteadas no abarcan la totalidad de los procesos demográficos, sociológicos, y psicológicos que inciden sobre la vida familiar y comunitaria.
La pandemia en la que estamos inmersos preanuncia el advenimiento de un período caracterizado por la incertidumbre y el desconcierto. Necesitamos contar con algún tipo de brújula que nos ayude a encontrar los mejores caminos para fortalecer la vida judía. El estudio, el amigable intercambio de ideas, el respeto mutuo, pueden constituir estrategias adecuadas para enfrentar los desafíos futuros.
Comenzamos este artículo con una referencia al diálogo mantenido con el Prof. Dellapergola. Nos parece importante cerrar esta nota con la transcripción de algunas recomendaciones que seleccionamos del amplísimo estudio de su autoría publicado en inglés en el año 2010.

Algunas recomendaciones
Presentamos aquí una sucinta selección de las recomendaciones sugeridas por el profesor Dellapergola en el libro Jewish Demographic Policies (Políticas Demográficas Judías), publicado en el año 2010.
Recomendación 4: Reducir los obstáculos que interfieren los casamientos judíos y la formación de familias.
Recomendación 6: Fortalecer los componentes positivos de identificación judía en Israel y el Diáspora y la mutua interacción entre ambas partes.
Recomendación 8: Facilitar la integración cultural a los marcos comunitarios de los cónyuges no judíos que conviven en y promover una actitud más amigable hacia quienes deciden optar por el guiur (incorporación formal al judaísmo).
Recomendación 12: Crear una instancia central para el desarrollo de políticas de investigación, planeamiento e implementación de acciones concretas basadas en la información obtenida.

1) Rosenswaike, Ira: “The Jewish population in Argentina, Census and Estimate (1887-1947), Jewish Social Studiesvol.22, N° 4 (págs 159-214), 1960.

* Presidente de Tzavta. Sociólogo. Director Académico del Centro de Estudios Genealógicos y Socio Culturales.