Incorporan rabinos en el Ejército alemán

La vuelta a una supuesta normalidad

En el marco de la transformación estratégica y doctrinaria de sus Fuerzas Armadas, que Alemania viene implementando tras la reunificación, recientemente el Parlamento germano aprobó en forma unánime la designación de diez rabinos como asesores espirituales del Ejército. En un contexto signado por el progresivo abandono del aprendizaje de la historia del nazismo, que sirvió durante varias décadas como losa infranqueable para la manifestación abierta de cierto pensamiento extremista, la actualidad alemana es bien diferente y demanda reelaborar algunas lecciones del pasado que parecen no haber sido comprendidas.
Por Roberto Frankenthal *

En diciembre del 2019, la ministra alemana de Defensa, Anegrett Kramp-Karrenbauer, firmó un acuerdo con el Presidente del Comité Central de los Judíos en Alemania, Josef Schuster. En este acuerdo se especifican las futuras actividades de rabinos como asesores espirituales de los soldados judíos dentro de las Fuerzas Armadas de Alemania. Según fuentes del Ministerio de Defensa, actualmente unos 300 judíos revistan en las filas de las fuerzas (junto a unos 3.000 musulmanes y 92.000 cristianos de diferentes denominaciones). Ya desde su fundación en 1956, las FF.AA. germanas contaron con curas católicos y pastores protestantes dentro de sus filas para el asesoramiento espiritual de los ciudadanos bajo bandera.
El último 28 de mayo, el Parlamento alemán aprobó en forma unánime la designación de diez rabinos como asesores espirituales; la votación se realizó en base a un proyecto del gobierno de Ángela Merkel, basado en el mencionado acuerdo de diciembre del 2019. Además del acompañamiento espiritual de los soldados, se espera que los rabinos también tengan influencia en la formación futura de los reclutas y oficiales. Tras la reunificación de Alemania, sus Fuerzas Armadas se encuentran dentro de un proceso de transformación tanto estratégica como doctrinaria.

Las largas sombras del pasado
Cuando a mediados de los ‘50 se decidió la formación de las Fuerzas Armadas de la antigua RFA, el debate y la controversia dentro de la sociedad alemana fueron muy grandes. A poco más de una década de finalizada la Segunda Guerra Mundial, los alemanes tenían muy presente las consecuencias que habían tenido las actividades bélicas germanas en las ultimas décadas. Si bien las nuevas fuerzas armadas fueron concebidas como partes de la Alianza OTAN (del lado occidental) y el Pacto de Varsovia (del lado oriental), no hubo más remedio que llamar a los oficiales de la Wehrmacht –las fuerzas armadas del nazismo-, para que colaboraran en la construcción de las nuevas estructuras militares. En el caso de la Nationale Volksarmee de la República Democrática Alemana (RDA), se asumió como propia la doctrina soviética de subordinación del Ejército a las órdenes del Partido. Para las nuevas FF.AA. occidentales, el problema doctrinario fue mayor: los viejos mandos superiores que habían actuado en la barbarie nazi, debían ahora formar un ejército de un pais pluralista y democrático. El juramento de lealtad a Adolfo Hitler y la obediencia ciegas a las órdenes había llevado a la catástrofe militar y política más grande de la historia de Alemania. Varios exoficiales de la Wehrmacht crearon el sistema de mando llamado «Innere Führung» (dirección interna). Esta doctrina militar se basaba en el concepto de que cada soldado del nuevo ejército era un «Bürger in Uniform» (ciudadano uniformado), o sea que aun bajo bandera era poseedor de los derechos y obligaciones que le garantizaba la ley fundamental de la República Federal Alemana (Grundgesetz).
Esta nueva doctrina tardó tiempo en difundirse en las filas de las FF.AA. alemanas, y recién cuando en 1966 el general Ulrich de Maiziere (uno de los creadores de la doctrina de la «Innere Führung») fue nombrado inspector general del ejército alemán, pudo imponerse frente a las tradiciones anteriores. De todas maneras este concepto siempre fue rechazado por una minoría dentro de las fuerzas.
Uno de los talones de Aquiles de la nueva doctrina era que el nuevo ejército democrático no tenía una tradición histórica en la cual basarse o de la cual enorgullecerse. El rol de las FF.AA. alemanas durante el nazismo siempre estuvo en debate y a mitad de la década del ‘90 resurgió cuando una exposición itinerante del Instituto de Investigación social de Hamburgo expreso gráfica y públicamente las responsabilidades del Ejército alemán en la guerra de exterminio desarrollada entre 1939 y 1945. Durante décadas se quiso hacer una separación tajante en las SS criminales (responsables de la Shoá y los campos de exterminio) y una supuestamente Werhmacht limpia (saubere Wehrmacht). Toda la documentación del régimen nazi permitía probar que la guerra en el Este de Europa fue llevada a cabo como una guerra de exterminio y que la supuestamente impoluta Wehrmacht fue en realidad un «verdugo voluntario de Hitler» (como expresa Daniel Goldhagen en su libro del mismo nombre).
En un informe del Ministerio de Defensa alemán de 2017, se hablaba de 26 cuarteles actuales de que llevan el nombre de oficiales de la Wehrmacht(1). La mitad de ellos participó en el levantamiento del 20 de julio de 1944 contra Hitler, por lo cual se los puede rescatar como símbolos para un ejército democrático, pero los de la otra mitad fueron héroes de la propaganda nazi durante la Segunda Guerra Mundial. También en 2017 estalló otro mini-escándalo dentro del Ejército al revisarse los armarios del oficial Franco A. Allí se encontró una gran cantidad de material nazi, así como cascos y dagas de esa época. Franco A. había sido detenido al intentar planear un atentado contra un centro de absorción de refugiados, en donde se infiltró tras haberse hecho pasar por un sirio y solicitado asilo político.
La reunificación alemana trajo también un cambio doctrinario mayúsculo a las FF.AA. alemanas. Mientras existía la Cortina de Hierro que dividía Europa, los dos ejércitos alemanes tenían un rol defensivo frente a las tropas de la alianza rival, al encontrarse ambos en la primera línea de batalla de un posible enfrentamiento entre ambos bloques. El ejército de la RDA fue disuelto como consecuencia de los acuerdos entre Alemania, URSS, USA, Francia e Inglaterra (Acuerdo 2+4). El nuevo Ejército alemán unificado debió reformular su doctrina, ya que la disolución primero del Pacto de Varsovia y el desmembramiento de la URSS después, destruyeron las hipótesis de conflicto existentes. Mientras que hasta 1990 se calculaba que el enfrentamiento bélico se iba a desarrollar sobre suelo alemán, a partir de ese momento el teatro de operaciones se trasladó al extranjero, fuera de los límites de la OTAN. Se reagrupó al ejército para que pudiera operar bajo el mandato de las Naciones Unidas o de la OTAN, lejos de las fronteras alemanas. «La libertad de Alemania también es defendida en el Hindukusch»(2) declaró el ministro de Defensa alemán Peter Struck el 04.12.2002(3).
A pesar de esto, Alemania se negó a participar tanto en la primera como en la segunda guerra del Golfo. Posteriormente, sí intervino en operaciones conjuntas en la ex Yugoeslavia (Guerra del Kosovo), en Afganistán, en operaciones marítimas frente a las costas de Somalia y hoy mantiene contingentes también en Mali, Kosovo, el Sahara occidental y una flotilla de embarcaciones frente a la costa de Libia.

El intento de reflotar una tradición
Hace exactamente 100 años se formaba en la República de Weimar el Reichsbund Jüdischer Frontsoldaten (RJF – Asociación de judíos veteranos de la Primera Guerra Mundial). Durante la primera conflagración mundial, 85.000 judíos se alistaron en los ejércitos del Káiser alemán (de una población total de 500.000 judíos en toda Alemania). Querían demostrar su patriotismo y unos 12.000 pagaron ese compromiso con su vida. El RJF fue una de las organizaciones judías más grandes del período de entreguerras: llego a tener 50.000 miembros.
Los 85.000 soldados judíos alemanes fueron al frente acompañados por rabinos. Este compromiso patriótico sin embargo no les significó ningún tipo de consideración o resguardo cuando a partir de 1933 el estado hitleriano comenzó su persecución antisemita(4). Hoy en día viven en Alemania unos 130.000 judíos. En 2006 se fundó una organización de los soldados judíos en las FF.AA. alemanas: Bund Jüdischer Soldaten. Su principal ocupación no es la representación de la ínfima minoría judía en el Ejército, sino el restablecimiento del lugar histórico que tuvieron los judíos en los ejércitos alemanes.
A sólo dos días de la resolución antes mencionada del Bundestag, el Militärischer Abschirmdienst (MAD), servicio secreto de las FF.AA., informó que investiga a 550 miembros de los ejércitos alemanes por sus tendencias de extrema-derecha, 208 de los cuales son oficiales con mando de tropa(5). El MAD sugirió separar a los extremistas y a aquellos con «falta de lealtad a la Ley Fundamental de Alemania» de las filas castrenses. Una sobrerrepresentación de extremistas se encontró en las filas del KSK (Cuerpo de comandos de elite del Ejército). Sin embargo, el MAD descartó que se esté formando «un ejército en la sombra», que se quiera apartar de los mandatos democráticos.
Supuestamente, los rabinos a incorporar deberían también participar en la formación del cuerpo de oficiales, para impedir este tipo de tendencias. Pero el problema reside en otro lugar: las FF.AA. alemanas son solo un exponente concentrado de una tendencia que se ha esparcido dentro de la sociedad de la RFA: a 75 años de la Shoá, se puede expresar abiertamente en público el pensamiento racista, antisemita, antiislámico, homofóbico y/o anti-extranjero en general. Si la historia del nazismo sirvió durante varias décadas como losa infranqueable para cierto pensamiento extremista (que existía pero sin expresión pública), la actualidad alemana es bien diferente.
Un partido de extrema-derecha, que enarbola ese tipo de pensamiento, ocupa la tercera fracción más grande del Bundestag. Sus miembros no pierden oportunidad de difundir un ideario nazi-fascista en los medios masivos de comunicación y/o utilizan también sus posibilidades de expresión parlamentaria con el mismo fin. Curiosamente apoyaron el nombramiento de rabinos en el Ejército, pero advirtiendo que jamás aceptarían a imanes musulmanes dentro de las FF.AA.

Notas finales en primera persona
Alguna vez el general Clemencau expresó que la guerra era algo demasiado serio para dejarla en manos de los generales; y en mi opinión, también lo son los problemas espirituales o psicológicos de los soldados como para depositarlos bajo la responsabilidad de las capellanías militares. No es razonable pensar que la existencia de un rabinato militar en la Argentina -donde cumplí con el servicio militar obligatorio en 1981-82- pudiera haber frenado los exabruptos antisemitas de mis superiores. Baste recordar en el rol jugado por Adolfo Servando Tortolo entre 1975 y 1982, quien como obispo castrense, bendijo el genocidio de la dictadura militar. Debo decir, por otra parte, que observé sorprendido el envío de rabinos a Malvinas o la Patagonia durante ese conflicto, un hecho sin precedentes que no se volvería a repetir ni aún bajo regímenes democráticos.
Es difícil imaginar a un rabino alemán acompañando a soldados judíos en Mali o el Sahara occidental (países mayoritariamente musulmanes); y su rol en la formación de las tropas de las FF.AA. germanas no debe ser sobrevalorado. Los oficiales superiores alemanes, para acceder a los mandos superiores, deben cursar estudios en la Universidad de la Bundeswehr, donde entre 1981 y 2012 ejerció la titularidad de una cátedra el historiador de origen israelí Michael Wolffsohn. Wolffsohn se define a sí mismo como un «patriota judío alemán en la tradición de la Emancipación»(6), así como lo hicieron los miembros del RJF entre 1919 y 1933. Algunas lecciones del pasado parecen no haber sido comprendidas.

1. taz, 21.05.17.
2. Hindukusch: paso montañoso entre Afganistán y Pakistán.
3. https://de.wikipedia.org/wiki/Peter_Struck.
4. El abuelo de quien suscribe estas líneas fue uno de esos 85.000 soldados. También fue miembro del RJF y entre los documentos con los cuales partió al exilio se encontraba una constancia del Ejército alemán de que se le había otorgado la Cruz de Hierro por su valentía durante la guerra.
5. Welt am Sonntag, 26.05.20.
6. https://de.wikipedia.org/wiki/Michael_Wolffsohn.

* Roberto Frankenthal nació y se crió en Buenos Aires, Argentina. Desde hace mas de tres décadas reside en la República Federal de Alemania. Entre otras actividades es periodista y escribe regularmente sobre Argentina para la revista «ILA» de Bonn, fue editor de la Revista «Argentinien Nachrichten» entre 1989 y 2003, y colabora con notas para diferentes medios de Alemania y Argentina.