Kirchner resaltó los “logros económicos”, los denominados avances sociales y las estadísticas positivas de la macroeconomía. Destacó el pago de la deuda al FMI y la disminución de la tasa de desocupación.
“Es el inicio de una nueva etapa en el funcionamiento de la economía del país. Es preciso recordar de qué situación venimos, escalando peldaño a peldaño lo que ha sido el calvario de la Argentina”, afirmó.
“Todavía no hemos salido del infierno”, manifestó. Sin embargo, y para demostrar el cambio en la macroeconomía mencinó los índices del crecimiento del Producto Bruto Interno y de la actividad económica, que cerró el año 2005 con un crecimiento del 9,1%.
Párrafo apartedestacó al de la deuda con el FMI: “De cara al futuro, contribuye de manera decisiva al sostenimiento del proceso de crecimiento en curso”, afirmó. “El margen de maniobra y de libertad son los que permitirán desplegar una política de desarrollo confiable y dejar atrás una política que sólo condujo a la ruina del país”.
Como parte de los futuros desafíos del Gobierno, Kirchner destacó el “mantenimiento de la estabilidad, preservando equilibrios básicos para evitar la volatilidad del ciclo económico argentino, evitando nuevas crisis financieras. Es crucial preservar un marco de contención de la inflación. Hay una cierta aceleración inflacionaria, pero resulta crucial entender que es transitoria. Actuaremos con firmeza en defensa del bolsillo de los consumidores”, manifestó.
Respecto al tema de los Derechos Humanos recordóla cercanía del 24 de marzo, fecha en la que se recordarán los 30 años del Golpe de Estado: “Como argentino y militante comprometido de aquella época quiero rendirle un homenaje a aquellos 30 mil desaparecidos”, finalizó Kirchner ante legisladores, cuerpo diplomático, autoridades nacionales e invitados especiales.
Nada se mencionó -como temas pendientes- sobre las falencias en la redistribución de la riqueza, el conflicto con el Uruguay, la reorganización del Consejo de la Magistratura o la continuidad de ausencia de justicia en causas tan fuertes como los atentados a la Embajada de Israel o la AMIA; todos temas de política de Estado.
