Golpe de Estado en Bolivia

Agustina Garino: “Las causas del golpe de Estado no son económicas”

Agustina Garino es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad del Salvador, y candidata a Magister en Integración Latinoamericana por la Universidad Nacional de Tres de Febrero. A nivel internacional, cursó seminarios de posgrado en la Universidad Degli Studi di Torino y participó como voluntaria en varias organizaciones como RACI, Directorio Legislativo y el Alto comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). En esta entrevista con Nueva Sion, Garino nos brinda un pantallazo de lo que está sucediendo en Bolivia, así como también en otros países de la convulsionada Latinoamérica.
Por Darío Brenman

-¿Cuáles fueron las causas del derrocamiento de Evo Morales, teniendo en cuenta que se trata del país que más creció en América Latina en los últimos años?
-Las causas del golpe de Estado no son económicas. Hay divisiones muy grandes en Bolivia, que tienen que ver con la etnia y la clase. Esta situación va marcando los diferentes sucesos a lo largo de su propia historia. Además, este país tiene como costumbre política la alternancia presidencial y las reelecciones de Evo Morales fueron una excepción en su propia historia. Inclusive los gobiernos de la revolución de 1952 lograron ser reelegidos. Por otro lado, hay una cuestión de las oligarquías de la zona de la Medialuna que nunca terminaron de digerir que un “indio” los gobierne. Desde que asumió Evo en 2008, los sectores de Santa Cruz quisieron hacerle un golpe de Estado. Son los mismos sectores que hoy están cercanos a Camacho.
-¿Se podría decir que a largo de su historia Bolivia es un país insurreccional?
-Absolutamente. En 1930, 1946, 1952 la sociedad se insurreccionó en contra del Estado por alguna causa y terminaron por lo general derrocando gobiernos. En el año 2000 fue la guerra del agua en Cochabamba la que terminó derrocando al gobierno municipal y derogando el pedido de privatización del agua. En el 2003 sacaron al presidente no a través de un golpe de Estado sino con bloqueos y todas cuestiones muy particulares parecidas a las que están sucediendo ahora. Ese año, González Sánchez de Lozada era el presidente y Carlos Meza su vicepresidente, que asumió el gobierno hasta 2005. En ese momento no hubo una persecución a todo el partido sino que la sociedad estaba en contra de ciertas cuestiones y decisiones presidenciales.
-¿Cómo evalúas el intento reeleccionista de Evo Morales?
-Todas las cuestiones electorales planificadas por el Movimiento al Socialismo son las que llevaron a esta crisis política. El 21 de febrero del 2016 se hizo un referéndum y se le preguntó a la sociedad si se debía reformar el Art. 168 de la Constitución, que dice que los presidentes pueden ser reelegidos. A mi criterio no fue una buena decisión ya que este hecho desencadenó lo que vino después. En un punto creo que el golpe de Estado, más allá de derrocar a Evo Morales, trata de voltear una idea de nación plurinacional, y que los pueblos indígenas hayan sido incluidos como nunca antes en Bolivia e integrados de manera amplia en la sociedad.
-¿Toda esta cuestión del racismo en la zona de la Medialuna, con declaraciones públicas muy nazifascistas de estos sectores, no se ha profundizado con la llegada de los croatas nazis que se refugiaron luego de la Segunda Guerra Mundial?
-Entiendo que hay grandes comunidades croatas pero no creo que sea el punto en cuestión. Para mí tiene que ver con lo blanco y lo mestizo que viene desde la colonia hasta la actualidad. Es un conflicto y un tema socio-estructural y socio-histórico. La zona de la Medialuna quiere su autonomía y a eso se le agrega la cuestión de la blanquitud, la religión, un republicanismo blanco. No niego que hubo funcionarios nazis que fueron buscados en Bolivia. Inclusive, hasta 1946 existía una forma de esclavitud legitimada por el Estado, donde los hacendados tenían sus esclavos particulares.
-¿Hubo indicios que dieran cuenta de que un golpe de Estado podía suceder?
-Hubo muchas protestas desde el año 2016 hasta la actualidad producto del referéndum, pero ni el MAS ni otros sectores se dieron cuenta que esto podía ocasionar una insurrección de la oposición. No fue una insurrección popular. Esta idea de salir a cazar funcionarios del MAS es solamente de la oposición. Por más que la OEA haya declarado que las elecciones estaban viciadas, existe un 40% de la población que votó a Evo Morales. Lo cierto es que no creían que la crisis se iba a desatar tan rápido. Tuvieron un error de cálculo y no comprendieron que Bolivia básicamente es un país en el que primó siempre la alternancia presidencial y que es muy proclive a que el pueblo se insurreccione al poder estatal.
-¿Cómo se inserta el golpe en el contexto de los fuertes cambios que estamos atravesando en Latinoamérica?
-En América Latina se están atravesando diferentes levantamientos de las masas populares. No es lo mismo Chile que Bolivia, Ecuador o Venezuela. Lo de Chile es la clase media pidiendo por el derrame o la redistribución de los recursos. No es que este país tenga una sociedad conservadora sino que tiene un Estado conservador. Es ahí donde se inserta todo el conflicto. El lema es no son 30 pesos sino 30 años desde Pinochet en adelante, donde las lógicas de poder deja a la mayoría de la población excluidas de los grandes logros económicos que puede llegar a tener Chile, y esto se puede ver en la cuestión salud, educación, transporte, condiciones de trabajo, jubilaciones. Todo es un reclamo muy de clase media y que no van a parar hasta que consigan lo que están pidiendo.
-¿Y respecto a Ecuador?
-En Ecuador no es lo mismo. El país estalla por la suba del transporte ya que sus ingresos no superan los 200 dólares. Entonces, si tenés dos dólares de gastos por día y le subís sus gastos un 50% es posible que esas personas no lleguen a comer o cubrir gastos a fin de mes. En este caso fueron los sectores bajos los que se sublevaron. El fin de semana pasado el Congreso no aprobó y rechazó la ley que hubiese permitido accionar el paquetazo económico que quería hacer el presidente Lenin Moreno.
-¿Crees que tiene alguna incidencia y responsabilidad EE.UU. en el golpe? ¿Existe por parte de Estados Unidos la intención de realizar nuevas intervenciones mediante gobiernos civiles en alianza con fuerzas de seguridad?
-Claramente Estados Unidos puede ser que apoye más una parte que otra. Evo Morales no fue un gran aliado de Estados Unidos, desde que comenzó su mandato ha tenido varios conflictos diplomáticos. Hasta el día de hoy no existe un Embajador de ese país en Bolivia, y probablemente haya muchos intereses económicos en cuestiones como el gas y litio, pero no creo que sea plenamente responsabilidad de Estados Unidos en este golpe.
-Es sabido que financia a sectores políticos más afines a su ideología.
-Sí, está claro que Trump elogia a la nueva presidencia de Bolivia y celebra que se haya ido Evo Morales, y probablemente estén financiando a ciertos sectores más afines a la Medialuna Oriental, pero me parece que es un conflicto mucho más nacional, con cuestiones no resueltas que vienen de muchos años. Toda la Medialuna Oriental y el pedido de autonomía que tienen desde siempre tiene que ver con los ingresos económicos. Según ellos, hacen muchos aportes a la Nación y no reciben beneficios para sus regiones o departamentos. Tiene que ver que son las zonas más grandes de Bolivia, saben que tienen grandes cantidades de población e ingresos. Y también algo importante es que están surgiendo poderes conservadores y religiosos muy fuertes. En este caso puede ser el evangelismo, al ingresa al Palacio Quemado con la Biblia, y eso es algo que también se ve en todo Latinoamérica. Es el auge en la política de estos sectores que van modificando la coyuntura latinoamericana.