El Primer Ministro israelí Ariel Sharón afirmó su deseo de que Irán sea expulsada de las Naciones Unidas, y el canciller ruso, de visita en Israel, consideró que las palabras del presidente iraní Ahmadinejad son «inadmisibles».
En Washington, la Casa Blanca dijo que las declaraciones de Ahmadinejad desenmascaran las «verdaderas opiniones e intenciones» del régimen teocrático iraní.
«Los comentarios ponen de relieve nuestra preocupación y la de la comunidad internacional sobre la búsqueda de Irán de armas nucleares», indicó el vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack.
En Hampton Court, Inglaterra, donde se celebra una cumbre europea, el Primer Ministro británico, Tony Blair, dijo que «nunca había visto que el Presidente de un país diga abiertamente que desea… borrar del mapa a otro país… Su actitud hacia Israel, su actitud hacia el terrorismo, su actitud hacia el tema de las armas nucleares no es aceptable … ¿Pueden imaginarse un Estado así, con una actitud así, teniendo un arma nuclear?».
Blair añadió que los comentarios del líder iraní le provocaron «repulsión».
El viceprimer ministro israelí, el Premio Nobel de la Paz, Shimon Peres, destacó que «es imposible ignorar» los comentarios iraníes, porque violan la carta fundacional y las normas de las Naciones Unidas. «Nunca, desde 1945, con el establecimiento de las Naciones Unidas, un jefe de Estado que sea miembro de las Naciones Unidas pidió públicamente la destrucción de otro estado miembro de las Naciones Unidas de forma tan clara como lo hizo el presidente iraní», dijo tajante Peres.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergey Lavrov afirmó, por su parte que «no estoy de acuerdo con que alguien ponga en duda el derecho a existir de cualquier miembro de las Naciones Unidas, es, inadmisible».
A pesar de las denuncias, la Unión Europea no respaldó el pedido israelí de que Irán sea expulsado de las Naciones Unidas.
El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Barroso, condenó «enfáticamente» las declaraciones iraníes, pero no quiso «formular de momento propuestas específicas» en torno a una posible expulsión de Irán de la ONU.
El ministerio alemán de Relaciones Exteriores llamó al representante de la embajada iraní para protestar por los comentarios. El ministro Joschka Fischer pidió a la embajada alemana en Irán que informe de la situación.
El ministerio italiano de Relaciones Exteriores dijo haber mostrado su «incomodidad y preocupación al embajador iraní en Roma».
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo que «condena enérgicamente» las declaraciones de Ahmadinejad.
«Tales declaraciones, impropias de un Jefe de Estado, son contrarias a los principios de amistad y cooperación que han de regir la convivencia pacífica entre las naciones y sólo contribuyen a exacerbar las tensiones en la región del Medio Oriente. Por ello, son inaceptables para todos los miembros de la comunidad internacional», dijo la secretaría mexicana en un comunicado. Añadió que convocó al embajador de Irán para solicitarle una explicación.
En Argentina, el Presidente Néstor Kirchner expresó su «firme rechazo» a las declaraciones iraníes. La Cancillería argentina manifestó su «invariable posición respecto al conflicto del Medio Oriente» y exhortó a «avanzar sin demora hacia una solución justa de mediante el diálogo y la negociación».
Por su parte, las organizaciones árabes locales aún no se han expresado.
¿Estarán evaluando el costo político del repudio?
