Lucas Guagnini:

“Blumberg no les da bolilla a los que no tienen poder”

“El gran tema es para qué Blumberg se metería directamente en la política. Cuando hablás de esto con sus allegados dicen que Blumberg como diputado es menos que Blumberg como un padre que va a la plaza. Y el único que se animó a tirarle un cargo en concreto fue uno de los que lo rodean y dijo: “Menos que vicepresidente no podría ser”. “Blumberg no se alinea ideológicamente, él se alinea con el que tiene poder. En este momento tiene relación con Scioli, porque es Vicepresidente y lo recibe en el Senado... Blumberg no va a salir de campaña desde abajo, él quiere el cambio ya. No está en un proyecto político. Quien hace estas afirmaciones en esta entrevista es Lucas Guagnini, jefe de la sección policiales de Clarín y autor de “Blumberg, en el nombre del hijo”.

Por Gerardo Yomal

¿Cómo es la historia social y familiar de Juan Carlos Blumberg?

Es hijo de inmigrantes, su madre fue empleada doméstica. O sea, es un tipo que se hizo de abajo, no pertenece a la oligarquía argentina. Si bien su apellido es alemán, su educación fue lituana y su madre era lituana, de primera generación. Cuando los rusos invadieron Lituania le mataron a la familia frente a ella, le hicieron cavar la fosa y los tiraron ahí. Blumberg era hijo de padre alemán y madre lituana, o sea, la abuela paterna de Blumberg también era lituana. Se crió en un barrio lituano de Avellaneda, fue a una escuela comunitaria religiosa. Esto es muy marcante para entender la personalidad de Blumberg. El iba a misa siete días por semana, era monaguillo en la Iglesia. Y no es casual que llame a su lucha “la cruzada”. Si bien en los últimos años no era una persona practicante (es un tipo racional, estudió Ingeniería, se mueve en el mundo empresario)… no es un tipo de zona Norte. Se mudó de Avellaneda a zona Norte cuando empezó a ganar plata y empezó en “La Bernalesa” de cadete. Llegó a gerente, y hoy tiene otra posición social. Pero a mí me parece que eso hace una diferencia, porque no fue criado entre algodones ni mucho menos.
Y sí es cierto que una vez que llegó a ese lugar le gustó, se instaló ahí, su hijo fue a una de las escuelas más exclusivas del país, la Ghoete. La mayoría de la gente que lo acompaña viene de esa escuela, eran padres de los compañeros de Axel. Y generó un gran sentimiento de confraternidad y de representación entre los vecinos de zona Norte.
En sus marchas eso es notable, viene mucha gente de zona Norte, pero también de otras zonas del Conurbano. Yo he visto gente de La Matanza, de Avellaneda.

¿Pudo rastrear antecedentes ligados al nazismo o al fascismo?

No. Su madre llegó en el año ’20, aproximadamente, corrida por los rusos. El sí tiene un sentimiento muy fuerte anticomunista, pero es una cuestión histórica. Es decir, en toda la historia lituana de cinco siglos Rusia los invadió y los saqueó sucesivamente desde el zarismo en adelante, y durante el comunismo perteneció al bloque soviético y la tierra fue socializada. Allá la familia Blumberg era una familia de terratenientes… perdieron sus tierras y esto, en Blumberg, generó un sentimiento. Al mismo tiempo en la historia lituana, Alemania era el vecino oculto. Entonces tenía una visión de la germanidad como el lado civilizado frente a la barbarie rusa.
El fue educado con mano dura desde chico, por el tipo de educación clásica de inmigrante pobre que lo hacía trabajar. El padre lo hacía trabajar a los 8 años durante las vacaciones. Si se portaba mal se quedaba arrodillado mirando la pared; si en la escuela hablaba de más le colgaban orejas de burro y le hacían recorrer las aulas; si no estudiaba lo hacían quedarse tres horas aprendiéndose de memoria 20 páginas de un libro, y si no las recitaba se quedaba otras tres horas y llegaba a la casa a las 10 de la noche, y obviamente en la casa también lo retaban por haberse portado mal. Es decir, tuvo una educación muy dura y además después educó, no tan así, pero bastante parecido, a Axel. De chico lo llevaba al Chaco a cosechar algodón con 40 grados, y luego, cuando el chico estaba agotado, volvía y le decía: “¿Ves la suerte que tenés?, sólo venís acá en las vacaciones; durante el año tenés zapatillas y vas al colegio”.

Una vida y educación espartana…

Esto no quita que sí está rodeado de un grupo que viene de la Goethe y que por ahí tiene otra visión, y que durante la dictadura sí haya tenido otra posición. Pero no vinculada al nazismo. Incluso el padre de Blumberg nació en la Argentina antes de la guerra. Lo del nazismo es falso, es un mito.
La Goethe, no nos olvidemos, fue la escuela del Estado alemán durante el fascismo. Y, si bien ahora no representa para nada esa lógica, tuvo en su momento sus vínculos, y entre las escuelas alemanas es la elegida por la gente más conservadora o más vinculada a la derecha. Pero no es una cuestión explícita, digamos.
Sí creo que hay muchas más vinculaciones del entorno de Blumberg (vinculaciones ideológicas, quiero decir) con la dictadura. Blumberg tiene de abogado al Estudio Durrier. Durrier fue Secretario de Justicia de Videla. Es decir, ahí hay un lazo concreto. Lo que no me permito es que, simplemente, porque nos parezca que Blumberg habla autoritariamente y tiene un apellido alemán… decir que entonces es nazi… Ahí hay una falta de rigor periodístico e informativo.

Yendo al secuestro de Axel, ¿piensa que mucha gente sabía en el barrio del secuestro?

El tema de los vecinos me parece muy importante porque nos hace pensar un poco sobre el país en el que vivimos. De repente se instala una banda, alquila una casa; no eran del barrio sino que habían llegado un par de meses antes. Es una banda de pibes pesados (cuando digo esto quiero decir que de pronto están vendiendo electrodomésticos robados, tal vez un auto muy lujoso…).

Y no cuajaba con el barrio…

Muy lujoso para el barrio, estamos hablando de un Gol con vidrios polarizados. Lo que pasa es que ahí andan a pie y en ojotas, o en bicicleta. Entonces, era un auto lujoso para el barrio, entendamos el contexto.
Entonces, los vecinos tenían que convivir con eso. Y la muestra de que tenían que convivir con eso es que cuando Axel se escapa y golpea las puertas uno de los vecinos llama a la Comisaría y la Comisaría no va.
O sea que hay una cuestión de a quién podrían haber acudido. Podría haber ido a una Fiscalía a hacer una denuncia para que investigaran de oficio si no había pasado algo raro… Pero estamos hablando de un albañil paraguayo ilegal que podría haber hecho eso. Digamos, si la Comisaría del barrio no funciona… el vecino todavía tiene miedo de que lo maten. Esos vecinos que fueron muy importantes para la causa, porque son los que en definitiva acreditan que Axel estuvo ahí y se escapó, porque lo vieron y escucharon.
Uno vio incluso cómo lo atraparon, le pegaron y lo llevaron hacia las casillas, y cree que en ese momento lo mataron. En realidad lo mataron después, pero en ese momento le pegaron mucho. Son muy importantes si se animan a declarar, pero se animan a declarar con identidad reservada y tienen mucho miedo.

Sí, hay un punto donde el miedo gana. Una persona cuenta que la noche anterior había visto que bajaban a alguien. Esto, en un punto, es la sensación de que hay un secuestrado en el medio de la ciudad o en el medio de un barrio al cual terminan matando. Y por miedo nadie dice nada, porque no tienen a quién decírselo, sienten eso. Pero ojo con los contextos y los responsables, que son distintos: una cosa es el Estado y otra una banda.

¿Cómo es la relación de Kirchner con Blumberg? ¿Cuánto hay de sinceridad, demagogia y marketing?

La relación de Kirchner con Blumberg es muy interesante por varias cosas.
Kirchner ve que Blumberg es alguien que representa lo que piensa cierto sector de la sociedad y que contradecirlo o pelearse con él no le conviene políticamente. Al mismo tiempo, no tiene ningún interés en que crezca porque si crece le puede hacer mella. Con lo cual hace un doble juego que es decirle a todo que sí y tratar de debilitarlo todo lo que puede por las espaldas. Kirchner le dice que sí a hacer una policía comunitaria en los municipios del Norte. Pero, por supuesto, Kirchner no puede hacer una policía comunitaria en los municipios del Norte porque no tiene ningún político territorial como para hacer eso. Es una cosa totalmente arbitraria, pero como Blumberg le pide eso, él le dice que sí.
Al mismo tiempo, Blumberg es una persona muy pragmática, no nos olvidemos de que era gerente a cargo de fábricas, negoció con gobernadores, con intendentes para poner fábricas. Es decir, es una persona que ha tratado con el poder antes de llegar a este lugar y que no se alinea según lo que piense la gente, se alinea según lo que le dan. Si Kirchner le dice que sí, él lo va a tratar bien a Kirchner. Si le dice que no, lo va a tratar mal. No le importa que Kirchner haga un acto en la ESMA y él no esté de acuerdo. O sea, le puede importar, pero a la hora de negociar no va dejar de hacerlo porque no piense lo mismo mientras Kirchner negocie y le dé las cosas. Es un pensamiento cuasi empresarial como lógica, aunque lo que esté pidiendo surja del dolor de la pérdida de un hijo y del deseo de generar un cambio a partir de ese dolor.

¿Blumberg podría llegar a ocupar un cargo político?

Es una gran pregunta… Este año hay elecciones legislativas, algunos especulaban con que iba a ser cabeza de lista; yo lo he hablado con Blumberg y su entorno. Creo que este año Blumberg va a apoyar a los que lleven sus propuestas. El va a decir: “Hay que votar tales leyes, ¿quiénes van a votar tales leyes cuando ganen?”. Y fíjense bien quién dice que sí, porque yo creo que van a decir todos que sí. Nadie se quiere pelear con él.
Hacia el futuro, hay gente del entorno de Blumberg muy vinculada a la política. Uno de sus asesores era asesor de Cristina Kirchner en el Senado; se llama Arturo Stani, que es un abogado que tiene muy buena relación con la Casa Rosada. Esa gente que es de la lógica política, entiende la política y entiende que en algún momento (me refiero a él o a otros) podría llegar a dar ese salto, y pueden intentar convencerlo de que lo dé. Y otros, como los padres y la gente más vinculada afectivamente, no quiere que dé ese salto. El gran tema es para qué. Cuando hablás de esto con ellos, dicen que Blumberg como diputado es menos que Blumberg como un padre que va a la plaza. Y el único que se animó a tirarle un cargo en concreto fue uno de los que lo rodean y dijo: “Menos que vicepresidente no podría ser”.

A López Murphy y a Macri les gustaría incorporarlo a sus huestes…

A ellos les gustaría, pero Blumberg no les da ni cinco de bolilla porque no tienen poder. O sea, Blumberg no se alinea ideológicamente, él se alinea con el que tiene poder. En este momento tiene relación con Scioli, porque es Vicepresidente y lo recibe en el Senado… Cuando Blumberg trae un jurista le presta una sala del Senado para que hable, le organiza seminarios sobre juicios por jurado, le vota las leyes… López Murphy, ¿que tiene para ofrecerle a Blumberg? Blumberg no va a salir de campaña desde abajo, él quiere el cambio ya. No está en un proyecto político.

¿Entonces a los sectores de poder les quedó claro que no tienen con Blumberg un nuevo Menem…?

Es antimenemista a ultranza por una experiencia de vida: él tenía empresas textiles y esas empresas se fundieron y quedaron destruidas a partir de la política del menemismo. Y además es un tipo que tiene la lógica empresaria.

Me refiero a tener un “muñeco” que maneje los intereses de los sectores más concentrados.

Creo que él tiene en claro que no. Lo que no quita que llegado el momento, y si tienen algo concreto que ofrecer, y eso va con las ideas de… Blumberg escucha todo, pero le tienen que ofrecer algo en concreto.
Sólo por un proyecto él no va a luchar. Digamos, Menem se hizo de abajo también, tuvo que ganar las internas, hacer la campaña…
Blumberg no empieza de abajo. O sea, habla con el Presidente, habla con el Vicepresidente, y si hay un nuevo Presidente que sea de derecha, Blumberg va a ir y va a hablar. Por ahí se va a sentir más cómodo o no, pero no les va a hacer el trabajo sucio.