Para los investigadores no quedó claro si los explosivos estallaron anticipadamente o si el objetivo era la Tumba de José. La explosión se produjo a unos cientos de metros del templo, situado en las afueras de Nablus.
La Tumba de José ha sido uno de los lugares críticos de la Intifada en los últimos cuatro años. Inicialmente, las tropas israelíes se retiraron del enclave, destruido en parte por los militantes palestinos. Desde entonces, el Ejército israelí ha prohido a los fieles judíos el acceso, excepto en los casos de visitas especiales bajo protección del Ejército.
Esta nuevo atentado vuelve a remarcar la fragilidad de la tregua alcanzada el mes pasado en la región.
La explosión hizo estallar las ventanas de automóviles y departamentos, además de destruir las fachadas de los negocios de la zona. Hasta ahora nadie se responsabilizó por el atentado.
El viceprimer ministro Shimon Peres declaró que el gobierno palestino de Abú Mazen logró avances significativos en la imposición del orden en los territorios, a pesar de esta explosión y del atentado suicida de la semana pasada en Tel Aviv que buscaron quebrar la tregua.
