“…aquí Kodkod, a todos los que caminen, o quien se mueva por la zona de la mira, incluso si se trata de un chico de tres años, hay que matarlo. Cambio”.
(De una orden transmitida por la red de comunicaciones de Tzáhal -Ejército de Defensa de Israel-).
Esto no es un “error lamentable”, una “manzana podrida” o un “caso excepcional”.
La muerte de Aiman Alhamas, una adolescente de 13 años con la mochila en la espalda, que para los soldados que la contemplaban desde la mira les parecía una “nena de 10 años… muerta de miedo”, es el fruto de las órdenes de los comandantes que, en lugar de seres humanos, ven a través de la mira de sus armas objetos. Es el fruto de la educación que reciben los soldados: tomar decisiones sin preguntar a nadie.
Nosotros exigimos del Gobierno de Israel y de los jefes de Tzáhal:
– Anular las normas de abrir fuego que provoca la muerte indiscriminada de personas inocentes.
– Ordenar la investigación seria de todo hecho en el que mueren civiles
– Respetar las normas de la justicia internacional y humanitaria
– Honrar el derecho sagrado a la vida.
Estadística de Betselem (organización humanitaria israelí): Hasta el 15 de octubre de 2004 murieron en las zonas ocupadas 2.950 palestinos. De esa cifra 595 son chicos. 1625 de los muertos son civiles que no participaron de la lucha.
