Finalizó el juicio por la conexión local en la Causa AMIA

Los impresentables

El Tribunal Oral Federal Número 3 dio a conocer su fallo en el que absolvió a la totalidad de los imputados en el juicio por la conexión local de la Causa AMIA. Tal vez resulte prematuro, a la luz del dolor provocado en los familiares fundamentalmente, saber cómo va a delinearse el futuro comunitario. Sin embargo, lo que sí está claro es que luego de este juicio existirá un antes y un después en la comunidad y en la confianza básica que los mandantes tendrán sobre sus mandatarios.

Por Guillermo Lipis.

Unidad, esa es la palabra y el concepto que circula en los pasillos de los dirigentes. Quieren la unidad a toda costa. La cúpula funcional de la DAIA (la dupla Kirszenbaum-Toker) intentó dejar ensartada a la comunidad tratando de unirla en la queja y la protesta por el fracaso de su estrategia emitiendo un comunicado que logró truncarse gracias a la parada de dirigentes representantes de Meretz, Convergencia, Seminario Rabínico Latinoamericano y B´nai B´rith.
Es probable que el ocaso haya llegado a la vida de algunos dirigentes de la mano del fracaso de una estrategia judicial que, por lo visto sólo construyó un castillo de naipes que se derribó con la esperanza de los familiares en hallar la verdad que les daría a ellos y a sus muertos, la tan ansiada paz de conciencia y sensación de justicia.
Parte de esa responsabilidad habrá que buscarla en la inacción y obstrucciones plantadas por algunos organismos del Estado. Pero otras, es hora de empezar a mirarse el propio ombligo.
La desaparición del chasis de la supuesta Trafic; la pericia hecha por el perito de Renault en la que afirmara que por la bomba de nafta hallada en las inmediaciones del atentado, sencillamente, no había pasado combustible; las grabaciones ilegales realizadas por la doctora Nercellas o el escandaloso pago de los 400.000 dólares hecho a Telleldín para inculpar a los policías bonaerenses son sólo algunas de las irregularidades que dan por tierra con la idea de un juicio en el que se presentaran, al menos, pruebas que debieron declararse nulas.
Los esfuerzos de la dupla Kirszenbaum-Toker por escapar hacia delante y arrastrar a toda la dirigencia comunitaria tras de sí, supo de un nuevo fracaso -el pasado lunes- cuando en el Plenario de Presidentes (de instituciones comunitarias) les pararon la embestida de preparar un comunicado de protesta por lo que ya se veían venir como inevitable.
Ya es hora de que den un paso al costado.
A los que siguen bregando por la unidad comunitaria, incluso a pesar del fracaso y gran dolor que se avecina, habría que preguntarles qué clase de unidad pretenden y cuál es el costo.
¿Debe, esa pretendida unidad, construirse sobre el ninguneo de la verdad, los restos de la AMIA y en contra de la digna memoria de nuestros 85 muertos?
Quien quiera oír que oiga: esta es una unión ficticia. Sólo estaremos unidos por la partición, por una gran y dolorosa partición comunitaria… después veremos qué es lo que puede reconstruirse sobre la autocrítica genuina y valiente de quienes estén dispuestos a encararla sobre estos jirones de verdad no revelada en la historia oficial que nos deja la Causa AMIA y estos dirigentes indignos de la confianza pública que debería otorgarle su comunidad.
Este tipo de dirigencia, expuesta como paradigma en aquellos que sostuvieron una verdad que mató de nuevo a nuestros 85 muertos, debe dar un paso al costado porque ya son, definitivamente, insostenibles e impresentables en el espejo de la dignidad en el que deberíamos mirarnos si es que, verdaderamente, pretendemos recuperarla por nosotros, por los familiares y por la memoria de las víctimas.