Repercusión judicial por investigación publicada en Nueva Sión:

“Señor Galeano, ¿cómo fue que ocurrió esto?”

La Oficina Anticorrupción (OA) del Ministerio de Justicia de la Nación, le solicitó al juez federal Rodolfo Canicoba Corral que vuelva a pedir a Suiza que investigue un posible pago millonario de Irán al menemismo. En el escrito, de 77 páginas, hace una fuerte crítica al juez Juan José Galeano al cerrar el pedido al juez Canicoba Corral solicitando la “extensión de copias certificadas de las actuaciones del legajo que en este escrito fueran citadas (por la presentación realizada por la Oficina Anticorrupción a raíz de la investigación de Juan Gasparini desde Ginebra publicada en Nueva Sión), para que sean enviadas al Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación en el marco de las actuaciones que allí tramitan en relación con el mal desempeño del ya apartado juez Galeano”. La OA reclama que “ante la reticencia de su colega Bonadío para indagarlo (a Galeano), al fin alguna otra autoridad argentina con competencia para hacerlo le formule aquella pregunta que ya hiciera el juez alemán Hebenstreit (cuando le reclamara al expulsarlo en el segundo día de audiencias al Testigo “C” por haber violado la confidencialidad de aquellas declaraciones dirigiéndose a la prensa informando “en forma tendenciosa el contenido de lo allí actuado en el primer día”): “Señor Galeano, ¿cómo fue que ocurrió esto?”.

El 27 de julio, la Cancillería informó que la jueza suiza Christine Junod había cerrado la investigación por la cuentas de Carlos Menem en Suiza. A pesar de ello, y gracias a la investigación especial de Juan Gasparini publicada en la edición de agosto del corriente en Nueva Sión, el titular de la Oficina Anticorrupción -Daniel Morin- y el director de la Unidad AMIA del ministerio de Justicia -Alejandro Rúa- analizaron el caso y concluyeron en que la investigación suiza fracasó por un error remediable.
El escrito presentado es resultado de una revisión de los 21 expedientes de la causa AMIA originados en las declaración del Abolghasem Mesbahi, conocido como el Testigo «C», un ex agente de Inteligencia iraní que entre 1998 y el 2003 fue describiendo la siguiente operación: según él, un colaborador de Menem viajó a Teherán después del atentado a la AMIA -de 1994- y negoció no acusar a ese país a cambio de diez millones de dólares.
El testigo aseguró que la plata había sido girada «por un banco suizo denominado Banco de Luxemburgo que está en Ginebra». En abril del 2003, luego de una nueva declaración de Meshabi ante la Policía suiza, se detectó que se trataba del «Banque Degroof». La jueza suiza averiguó que ese banco había empezado a funcionar allí en 1996 y preguntó por los giros sospechosos a partir de ese momento. Le dijeron que no y por eso cerró el caso.
Según Morin y Rúa, la jueza suiza pidió información a partir del año 1996 por error. El banco empezó a funcionar en ese lugar en 1996, pero tenía una oficina para atender clientes y hacer operaciones financieras desde 1987. Por lo tanto, es posible que la transacción haya ocurrido entre el ´94, año del atentado, y el ´96.
“Si los estamentos judiciales federales de Buenos Aires no se rebelan contra el archivo que acaba de decretar Ginebra -repite la presentación hecha por la OA a Canicoba Corral, tal lo escrito por Gasparini- habrá finalizado el sepelio suizo del Testigo ‘C’, y varios crímenes de lesa humanidad, en Argentina, Irán y Europa, tendrán la oscuridad imprescindible para continuar impunes”.