Argentina:

Encontraron otro nieto

Se llama Sebastián, y es hijo de Gaspar Onofre Casado y Adriana Leonor Tasca; con él suman 82 los nietos encontrados por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.

El viernes 9 de febrero de 2006 Sebastián supo que era hijo de desaparecidos, que tiene la suerte de tener a tres de sus cuatro abuelos vivos, que pertenece a una familia enorme llena de tíos, primos y sobrinos que desde hace 28 años lo están buscando y que lo aman. Gaspar y Adriana continúan desaparecidos.

Los padres

Gaspar nació en Azul, el 21 de noviembre de 1955. Era el quinto de una familia de ocho hermanos (cinco varones y dos mujeres), por eso todos lo llamaban Quinto. Estudió derecho en la Universidad de La Plata entre 1974 y 1977, donde vivía con sus hermanos. En esos años empezó su militancia política. Trabajaba en la Caja de Previsión Social para Abogados, donde conoció a Adriana, que trabajaba también allí. Adriana también estudiaba derecho y era militante en la misma organización. Se enamoraron y formaron pareja e 1976.
Adriana nació el 20 de abril de 1955 en la ciudad de Mar del Plata. Era la menor de dos hermanas. En 1973 partió rumbo a La Plata para estudiar.
Quinto y Adriana vivieron un tiempo en Mar del Plata y volvieron a La Plata poco antes de su desaparición, entre el 10 y el 15 de diciembre de 1977.
Adriana tenía un embarazo de cinco meses. El nombre que habían elegido para su bebé era Josefina o José.
Adriana fue vista en La cacha y su embarazo evolucionaba normalmente. Quinto fue visto en la ESMA en la Navidad de 1977. Una compañera de cautiverio, que también era de Mar del Plata, pudo conversar con él en la ESMA: Quinto le preguntó si sabía algo de Adriana.

La desaparición

En el año 1976 Adriana estaba estudiando derecho en la UNLP junto a Gaspar. Ambos trabajaban en la Caja de Abogados y eran becarios de ésta en la Ciudad de La Plata. El 20 de diciembre de ese año deciden irse a Mar del Plata ya que poco tiempo antes un compañero de trabajo suyo había desaparecido. En los primeros días de julio de 1977 Adriana le cuenta a su familia que está embarazada. El 8 de octubre de 1977 es la última vez que la familia ve a Adriana, quien se traslada finalmente a La Plata. A partir de allí se comunica telefónicamente con sus padres, quienes sabían que permanecía en esa ciudad puesto que era vista por compañeros de la facultad y amigas personales. No sabían su domicilio exacto aunque, a través de unas amigas en común, la familia supo que vivía en una pensión. Aparentemente, los dueños de la pensión eran un matrimonio mayor. Muchas personas la vieron embarazada en esa época. El 5 de diciembre de 1977 se comunicó por última vez con su madre.
De acuerdo a declaraciones de Angela Victoria Barili de Tasca, su hija Adriana habría sido detenida entre el 10 y el 15 de diciembre de 1977 cerca de Flores, en Capital Federal por fuerzas conjuntas. En ese momento Adriana estaba embarazada de cinco meses.
Sebastián, a quien Adriana habría llamado José, nació a fines de marzo o principios de abril de 1978.

Una búsqueda compartida

La Abuela Angela Barili de Tasca denunció que su hija había desaparecido embarazada de cinco meses a principios del ochenta. Angela es una de las fundadoras de la filial Abuelas de Mar del Plata y es la primera Abuela de esta ciudad que recupera un nieto.
Angela, la familia Casado y Abuelas vienen buscando al joven desde hace más de 28 años.
Sebastián habría nacido en el cautiverio de su madre y luego entregado por un oficial de la FFAA a un matrimonio allegado. Por testimonios de la CONADEP se supo que el joven fue inscripto como hijo propio por este matrimonio, con la constancia del nacimiento firmada por una médica de la policía de la provincia, actualmente implicada en otras causas de apropiación.
Por suerte, Sebastián tuvo dudas respecto de su identidad y en enero de 2005 escribió a Abuelas para averiguar sobre una causa en la que se lo mencionaba como posible hijo de desaparecidos. De Abuelas se lo derivó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) adonde se presentó en marzo del mismo año.
Lleno de temores visitaba la Comisión con frecuencia pero no se animaba a abrir un legajo para iniciar su investigación. Un día recibió un mensuario de Abuelas en el que aparecía el relato de su Abuela Angela y allí pensó que podía tener abuelas que lo estaban buscando. Fue entonces, el 29 de septiembre de 2005, que decidió abrir su legajo y posteriormente analizarse.
El jueves 9 de febrero de 2006, Sebastián recibió la noticia de que incluye en un 99,9% en el grupo familiar Casado-Tasca, es decir que es hijo de “Quinto” y Adriana, y nieto de aquella abuela de quien leyó la historia en el mensuario de Abuelas.
Ya se ha reunido con toda su familia que lo esperó durante tanto tiempo.
Otro nieto recuperó su identidad, y su verdad.